El escollo del transporte mixto que otras comunidades lograron sortear

Juan María Capeáns Garrido
J. Capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

Encauzadas las negociaciones sobre el empleo, ahora toca el debate sobre la integración del autobús escolar

04 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo ha salido torcido: una sentencia que anulaba las prórrogas de los contratos del transporte, centenares de líneas deficitarias con renuncias de las empresas, las dificultades laborales del sector, pendiente de los convenios, la irrupción de nuevos operadores que quieren su parte de la tarta en las rutas gallegas y, finalmente, una compleja huelga con varios frentes activos. Una conspiración organizada no le hubiera hecho más daño al proyecto de la Xunta de integrar en algunas comarcas el transporte escolar y el general de viajeros. Para la conselleira de Infraestruturas, esta iniciativa que tiene por objeto articular más servicios para las zonas rurales es la gran víctima de esta huelga, una teoría que sostiene a tenor del bajo nivel de conflictividad que tuvieron o están teniendo proyectos muy parecidos en otras comunidades españolas.

CASTILLA Y LEÓN

El referente. Es el ejemplo de referencia para Galicia, hasta el punto de que la Xunta invitó la pasada semana al consejero de Fomento castellanoleonés a explicar a las asociaciones de padres y madres de alumnos su experiencia. Y, de paso, a darle solidez jurídica a la postura de Ethel Vázquez, que asegura que no hay posibilidad de volver atrás con el plan. Juan Carlos Suárez-Quiñones, que también es juez, explicó en Santiago que ya están en funcionamiento 350 líneas mixtas, y para el próximo curso quieren integrar cuatrocientas más. «Nos las demandan los alcaldes y las empresas», advirtió. La experiencia comenzó en el 2013 en León y Segovia. Ya funciona el transporte bajo demanda que también quiere implantar la Xunta, y que permite conocer previamente el número e identidad de los usuarios no escolares al accederse al servicio a través de un teléfono gratuito.

Asturias

Plenamente activo. Arrancó en el 2009 y se ha implantado de forma gradual sin problemas legales o sociales. Todas las plazas libres del transporte escolar están disponibles para la población general, con un número creciente de usuarios cada año. Están excluidas las zonas urbanas.

Aragón

Comunidad pionera. Lleva años trabajando en la integración, con leyes desarrolladas entre el 2008 y el 2009. En la actualidad, 85 de las 500 rutas escolares se prestan con la modalidad de reserva de plazas para transporte general. Para el Gobierno aragonés se ha revelado como una herramienta eficiente que sin embargo ha encontrado ciertas resistencias en las empresas.

CASTILLA-LA MANCHA

En proceso. El sistema mixto se aplica solo en la comarca de Molina de Aragón, con previsión de una implantación extensiva entre el 2018 y el 2020, con el foco puesto en las comarcas más rurales de Cuenca, Ciudad Real y Albacete, por este orden. El Gobierno manchego ha optado por ir resolviendo la integración a medida que expiran los contratos vigentes. Al igual que se prevé para Galicia, en el período lectivo las rutas de transporte escolar se integran en el regular, y en el no lectivo pasan a ser un transporte bajo demanda con un itinerario fijo. Educación transfiere los fondos a la consejería competente en materia de transporte.

País vasco y navarra

Competencias distintas. Ambas comunidades exploran modelos combinados, pero no todos los servicios son de competencia autonómica, recayendo en algunos casos en las diputaciones. Guipúzcoa, por ejemplo, tiene un plan comarcal de explotación que es prácticamente idéntico al que se propone para Galicia.

Galicia

Sería líder en rutas. Galicia experimentó en la época del bipartito con el proyecto Tes+Bus, que sigue activo sin incidencias en varias comarcas. El paso dado por la Xunta supone la implantación definitiva a efectos normativos, aunque en realidad solo va a afectar a un 10 % de las rutas totales, unas quinientas. De hacerlo sin mayores novedades para el próximo curso, Galicia se convertiría de un plumazo en la comunidad con más experiencias de transporte compartido de España a la espera de los avances de Castilla y León, algo que se explica por el hecho de la que en las comarcas gallegas se desplieguen un 40 % de las rutas escolares de España. En la actualidad, la Xunta aporta a este servicio una partida anual que ronda los 120 millones de euros. Los empresarios reconocen que el Tes+Bus está funcionando «con éxito» en Galicia y otras comunidades, pero advierten -ahí está el meollo de su queja- que ahora son los escolares los que pasan a ser considerados usuarios normales de líneas regulares.