El asesino de Chapela intentó disparar a los policías que lo detuvieron en un taxi

alejandro martínez REDONDELA / LA VOZ

GALICIA

Escapaba tras matar de un tiro a bocajarro al joven que le recriminó por orinar en la playa

25 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La noche de San Juan acabó en tragedia en la playa de Arealonga, en Chapela (Redondela). José Luis Luna Pereira, un delincuente que ha pasado más de 20 años en la cárcel por delitos violentos, disparó presuntamente en el pecho al joven de 26 años Daniel Beltrán porque le había recriminado que se pusiera a orinar desde una barandilla hacia los arenales. Acabó con su vida sin mediar palabra, a bocajarro, con un arma corta de mucha potencia y teniéndolo a una corta distancia.

El individuo realizó otros dos disparos a un amigo de la víctima que lo acompañaba en ese momento, pero afortunadamente no logró alcanzarle.

El joven quedó mortalmente herido en el suelo, mientras que el agresor se dio a la fuga con el arma en la mano y se subió a un taxi. Los hechos sucedieron pasadas las cinco de la mañana, cuando ya quedaba poca gente en los arenales y solo un bar se encontraba abierto. Daniel estaba con un grupo de amigos sentado junto al paseo que bordea la playa, a punto de marcharse después de una noche de fiesta.

La colaboración ciudadana fue fundamental para que el atacante pudiera ser arrestado minutos después. Un testigo avisó a una patrulla de la Policía Nacional de que el presunto homicida se había escapado en un taxi. Los agentes lo localizaron inmediatamente y le salieron al paso en la carretera que une Vigo con Redondela. 

Gran resistencia

Los policías pusieron en riesgo sus vidas para poder reducir al supuesto homicida y sacar al taxista del vehículo para que no corriera peligro. El agresor opuso una gran resistencia e intentó disparar a los guardias para poder zafarse y escapar. Su arma seguía estando lista para matar. Los uniformados tuvieron que sujetarle con fuerza la mano para evitar que accionara el gatillo, mientras se revolvía y daba patadas dentro del coche. Finalmente pudo ser reducido, esposado y conducido a los calabozos de la comisaría de Vigo, a la espera de que sea puesto a disposición judicial en Redondela, una vez que la Policía Nacional haya completado el atestado.

«Tratamos de reanimarle, pero no pudimos hacer nada por salvarle la vida», declaró horas después una testigo del crimen. Algunas personas señalaron que el hombre ya había esgrimido el arma antes de disparar contra el joven y que esta era de un tamaño grande.

Un particular avisó al 112 a las 5.20 horas. El personal del centro de atención de emergencias alertó acto seguido a ambulancias y policía. Los efectivos sanitarios intentaron sin éxito salvar la vida de Daniel Beltrán. Poco después de las nueve de la mañana, la magistrada del juzgado número 2 de Redondela ordenó el levantamiento del cadáver, al que se le practicará la autopsia para determinar las causas de la muerte. Además de las dotaciones que intervinieron para reducir al delincuente, también se personaron en el lugar de los hechos agentes de la Policía Científica y de la Policía Judicial. El Ayuntamiento de Redondela ha suspendido todas las citas deportivas y lúdicas previstas para este fin de semana en la parroquia de Chapela y hará constar su rechazo a cualquier forma de violencia en todos los actos previstos, según indicó el concejal de Seguridad Ciudadana, Arturo González.

LA VÍCTIMA: DANIEL BELTRÁN

Un joven trabajador que se había independizado con su novia

T oda una vida por delante y muchos sueños que cumplir. Daniel Beltrán era de Cuatro Puentes, en Chapela. Sus vecinos lo recordaban ayer con mucho cariño y una mezcla de dolor y rabia por su pérdida. «Era un niño precioso, qué te voy a contar», comentaba ayer una trabajadora del supermercado que se encuentra debajo de su casa. Antiguo alumno del instituto de Teis, había conseguido un empleo estable. Trabajaba descargando mercancías y manejaba siempre una furgoneta. Su jefe la fue ayer a buscar delante de su domicilio, donde siempre la tenía aparcada, junto a su moto. Tener un contrato le había permitido independizarse y desde hacía año y medio residía en el ático de un edificio que es propiedad de su padre. Vivía con su novia, que ayer por la mañana se encontraba en el domicilio, a donde acudió su padre con una maleta para poder acompañarla en estos momentos tan difíciles. Daniel era un joven tranquilo, que acostumbraba a tomar café en el bar cercano a su casa y pasear con su perro por la playa de Arealonga. Tenía a su familia cerca. Su padre vive en Teis y su abuelo en Chapela, en el camino de Pousadoura, lugar que también estuvo marcado por la tragedia en febrero, cuando un hombre explosionó una bombona de butano en una vivienda y murieron él y su expareja.

EL PRESUNTO HOMICIDA: JOSÉ LUIS LUNA PEREIRA

Un atracador que ya disparó más veces

El presunto autor del homicidio, José Luis Luna Pereira, de 43 años, es un histórico delincuente que llevaba al menos dos años en libertad y estaba supuestamente rehabilitado. Hombre violento, sin escrúpulos, no era la primera vez que encañonaba un arma con el ánimo de matar. Había cumplido más de 20 años de cárcel por sus delitos. El más sonado fue un atraco en Redondela en 1998 en el que acabó disparando a la Guardia Civil. En aquella ocasión, tomó una rehén y secuestró al propietario de un turismo. Solo tenía 25 años cuando se enfrentó a tiros a los agentes después de haber robado un coche a punta de pistola en el centro de Vigo. Se parapetó en la parte delantera del vehículo y comenzó a disparar contra los guardias con una pistola igual a las utilizadas por la policía judicial. Las crónicas de entonces señalan que cuando se vio acorralado agarró a una mujer y la utilizó como escudo. «Si me disparan, mato a la vieja», amenazó. Entonces intentó hacer fuego de nuevo, pero se le encasquilló el arma y acabó entregándose. Pese a su juventud, ya contaba con un amplio historial delictivo por robos con intimidación, tenencia ilícita de armas y contra la autoridad. Cuenta con numerosos antecedentes por delitos contra el patrimonio, especialmente asaltos a entidades bancarias y otros establecimientos. A los 36 años se escapó de la cárcel pero la Guardia Civil, que lo consideraba un hombre muy peligroso, lo pudo capturar. 

En el 2014 volvió a sentarse en el banquillo por colaborar con el narco sexagenario de Ponteareas Florencio Groba, a quien había conocido cuando estuvo preso en la cárcel de A Lama.

Le acompañó a Madrid a recoger una partida de heroína y fue condenado a dos de prisión, pena en la que se le aplicó la atenuante de drogadicción. José Luis Luna seguía teniendo problemas con las drogas. Así lo atestiguaban ayer vecinos de Teis en el barrio marinero de A Riouxa, lugar en el que vive con su madre, donde también hubo una gran conmoción por el caso. «Si se iba a tomar unas cervezas, siempre llegaba mal», dijo un residente.