La subasta de los bienes decomisados a narcos gallegos proporciona 671.000 euros
GALICIA
Además de la casa de Oubiña en Vilagarcía, el lote incluía un chalé de Guillermo Abalo y una bodega en Meaño
13 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Aunque el foco mediático lo acaparó la casa que Laureano Oubiña poseía en A Laxe (Vilagarcía), la presencia de Galicia en la puja que la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas desarrolló el viernes en Madrid no se limitó a las posesiones del célebre narco cambadés. Otros siete bienes radicados en la comunidad, decomisados en su día a sus propietarios por delitos relacionados con el tráfico de sustancias prohibidas y el blanqueo de dinero, salieron a subasta. Solo uno de ellos, un chalé ubicado en Sobradelo, otra parroquia de la capital arousana, fue retirado del proceso por «cuestiones sobrevenidas» que el Ministerio de Sanidad no concretó. La adjudicación del resto del lote gallego proporcionará a las arcas del Fondo de Bienes Decomisados alrededor de 671.000 euros, que ascienden a dos millones si se suman propiedades confiscadas en otras comunidades.
De acuerdo con los datos que se le han facilitado a la Fundación Galega contra o Narcotráfico, la recaudación más potente corresponde a la vivienda de Oubiña, con 245.210 euros. Un chalé de 210 metros cuadrados en Montalvo (Sanxenxo) fue colocado por 126.000 euros. Un local comercial en el centro de Vilagarcía fue adquirido por 106.000 euros. La casa de Sobradelo, propiedad de Manuel Barroso Millán, condenado por blanqueo y ya fallecido, tenía un precio de 173.279 euros en segunda subasta, antes de ser retirada. Podrá volver a ser objeto de puja si antes se resuelven las incidencias que motivaron la suspensión de su adjudicación. Sí prosperó la venta, por 102.000 euros, de otro bien a su nombre: un chalé con bodega situado en Paradela (Meaño).
Una vivienda de protección oficial, en un bloque en el barrio de San Roque (Vilagarcía), fue adquirida por 35.000 euros. Por fin, se subastó por 92.000 euros al menos uno de los dos chalés que Guillermo Abalo poseía en Cálago (Vilanova de Arousa).
Aunque no hay información oficial sobre la identidad de los adjudicatarios, en círculos de la lucha contra el narcotráfico se habla de un constructor canario como posible comprador de la casa de Oubiña. Una propiedad de gestión más que complicada, habida cuenta de que comparte escalera, calefacción y canalización de agua con la edificación colindante, vinculada a la familia de Esther Lago, la esposa difunta del cambadés.