Cuando hay muchos ceros por medio resulta tremendamente útil comparar unas cifras con otras, ponerlas en relación. Los periodistas lo hacemos mucho con las superficies, que transformamos en campos de fútbol, convencidos de que así nuestros lectores sabrán de cuánto terreno estamos hablando. De si es mucho o es poco.
El centro de salud de A Valenzá, en el demográficamente pujante concello de Barbadás, costó 3.600.000 euros. El de O Couto, en la capital ourensana, todavía pendiente de abrir sus puertas, supuso una inversión de 3.500.000. Veinte mil ourensanos acudirán a ellos para curarse de sus enfermedades. O al menos, de algunas de ellas.
Los accesos al Complexo Hospitalario de Ourense, que usarán cada año miles de personas, están presupuestados en 1.300.000 euros.
La reforma de la plaza de abastos, donde es probable que compre usted, costará 3.600.000 euros. La remodelación del mercado de uno de los principales barrios de la ciudad de As Burgas, el de A Ponte, costó 2.000.000.
El monasterio de Melón, que es bien de interés cultural y pertenece al tesoro artístico nacional, se va a remodelar, cuando se remodele, con un total de 1.700.000 euros.
En la rehabilitación de la rectoral de Santo André, en Ribadavia, se invirtieron 1.300.000 euros para hacer realidad, aunque todavía no lo es, el Museo do Viño de Galicia.
Este año los Presupuestos Generales del Estado dedican 500.000 euros al enlace entre las carreteras por las que circulan los camiones de las empresas que han convertido Valdeorras en líder mundial de la venta de pizarra.
Los concellos de O Barco, O Carballiño, Barbadás, Verín y Xinzo -o lo que es lo mismo, más de 60.000 ourensanos- recibieron el año pasado de la institución provincial 600.000 euros.
Baltar gastará casi tres millones de euros en comprar el archivo de La Región. ¿Cuántos campos de fútbol caben ahí? La institución maneja un informe, que ayer no hizo público, en el que sustenta la decisión de adquirirlo por esa cantidad. Es necesario que así sea en una Administración (como todas) con recursos económicos finitos, cuyos responsables deben ser conscientes de cuáles son sus prioridades. En esta operación están más que claras. Transparentes.