«O coche que me atropelou fugouse e a bici e eu quedamos tirados na cuneta»

tania taboada LUGO / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

El ciclista Pablo Trigo estuvo en una silla de ruedas después de que un coche lo arrollase; tras siete meses, logró volver a andar

01 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Con 26 años, Pablo Trigo (Outeiro de Rei, 1989) aprendió por segunda vez a andar. Un accidente mientras practicaba ciclismo le provocó una lesión cervical que lo dejó durante siete meses inmóvil. Su fuerza de voluntad ligada a sus ansias de recuperar el equilibrio y volver a ponerse de pie fueron las que lo llevaron a abandonar la silla de ruedas.

El caso de Pablo se remonta al 21 de julio del 2015. Era martes, descansaba el Tour de Francia y decidió salir en bici desde su casa, en Outeiro de Rei. Eran las seis de la tarde y pedaleaba en solitario por la LU-636, carretera que comunica Becerreá con Sarria. Pensaba hacer sus 140 kilómetros pero en la mitad del recorrido, un turismo lo arrolló, se dio a la fuga y lo dejó tirado en una cuneta junto a su bicicleta. «Ía pedaleando e escoitei que un vehículo se aproximaba por detrás. Era un tramo de curvas e supuxen que non me adiantaría porque non había visibilidade. Foi sentir o ruído do coche, tocarme na perna, desequilibrarme e caer. O coche que me atropelou fugouse e a bici e eu quedamos tirados na cuneta», relata Pablo, quien recuerda que llevó un golpe en el casco, quedó boca abajo y no podía moverse. «Pasaron coches, un tractor... pero ninguén me vía porque na cuneta había moita maleza. Era consciente de todo e notaba que me achicaba. Calculo que estiven así 20 minutos. Nisto pasou un coche e sentín que paraba, que alguén se baixaba e cerraba a porta. Veu xunto a min e preguntoume se estaba ben», recuerda Pablo, quien indica que fue esta persona la que llamó al 112. «Puxéronme as vías, metéronme na camilla e trasladáronme en helicóptero. Saímos para A Coruña pero chegando ao hospital había néboa e tiveron que dar volta para Santiago», relata este joven, que le diagnosticaron una lesión incompleta C5 y al día siguiente fue operado por el que define como un magnífico equipo médico. Tras la operación estuvo siete meses en la unidad de medulares de A Coruña y en febrero le dieron el alta. La lesión le afectó al lado motor izquierdo y sensitivo derecho, por lo que le cuesta percibir la temperatura de un lado y moverse de otro.

Cuando regresó a casa ya lo hizo sin silla de ruedas. Ahora hace vida normal y espera irse pronto a vivir a Madrid, ciudad en la que reside su hermana. «Sempre fun optimista e nunca tiven a cabeza na cadeira de rodas. Volver a poñerme de pé foi unha sensación rara pero agora fago vida normal. Tomo unha medicación diaria, vou todos os días ao fisioterapeuta e fago exercicio na casa», cuenta Pablo. «Faste máis forte do que estás para non ver os demais caerse. Tamén ves quen te quere. Xente que esperas e non estivo e persoas coas que non contabas e estiveron», indica Pablo que recuerda que su padres, hermana y su tío, Luis, fueron sus cuatro pilares.