A sus 85 años, José Iglesias García, vecino de la zona de Ponzos, y su mujer se vieron obligados a pasar la noche con su mujer en la casa de unos vecinos
22 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.«Aquí houbo varios incendios, pero nunca tiven que saír da miña casa. Teño 85 anos e nunca vin tal animalada». Lo decía ayer por la mañana José Iglesias García, un vecino de la zona de Ponzos, en el municipio ferrolano, que se vio obligado a pasar la noche en la casa de unos vecinos que lo acogieron a él y a su esposa, también octogenaria, a raíz de que la Xunta hubiese activado la situación 2 en el incendio forestal que comenzó el jueves en Narón y se propagó a Ferrol.
Este matrimonio, al igual que otras cuatro familias, fue desalojado sobre las diez de la noche y, según cuenta José, lo hicieron llevándose una muda, los medicamentos, algo de comer y el dinero. Los acompañó la Policía Local de Ferrol hasta el lugar de realojo, pero quien no los abandonó durante toda la noche fue el temor a que su casa fuera devorada por las llamas, porque «cando viña o vento o lume saltaba de repente dous metros máis adiante. Nunca vin nada igual», apuntaba a las diez de la mañana de ayer, mientras esperaba que les permitieran regresar al domicilio. El fuego en esa zona ya estaba apagado, si bien todavía salían pequeñas columnas de humo en las proximidades de las viviendas. En ese momento, el gran foco del fuego estaba localizado en el monte de A Lagoa, pero el humo y las cenizas llegaban seguían cubriendo la zona de Ponzos. En este incendio de Narón-Ferrol se calcinaron más de 450 hectáreas de monte. Y en el de Oza -Cesuras, que se estabilizó ayer afectó a 41 hectáreas.
Por otro lado, la Policía Autonómica investiga a una mujer como presunta autora de un incendio en Boiro el día 10 de abril.