Ambas formaciones tratan de recuperar el movimiento social surgido tras el 15-M
14 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El 15 de mayo del 2011, un grupo de indignados se concentró en la Puerta del Sol. Fue la mecha que prendió un sinfín de movilizaciones que se sucedieron por toda España como consecuencia de la crisis económica y de la degradación política. Aquellos movimientos confluyeron en un nuevo partido político, Podemos, que fue la gran sorpresa de las elecciones europeas de mayo del 2014. El éxito del equipo de Pablo Iglesias promovió los círculos locales, espacios de personas descontentas con la situación política y deseosas de crear una nueva fuerza de izquierdas. En Galicia, como recordaba hace un mes el secretario de Organización de Podemos, Juan Merlo, «había centos de círculos». Luego llegaron las municipales, y a la manera de Podemos pero sumando el cariz nacionalista, surgieron las mareas. Como antes ocurrió con la formación morada, también estos movimientos espontáneos acabaron organizándose, primero en agrupaciones locales que se presentaron a las elecciones en sus concellos y después, en la constitución de En Marea. Había entonces ochenta mareas.
Pero finalizados los comicios, el movimiento social decayó, y muchos de los que se reunían en los círculos o nutrían las mareas locales acusan hoy a los responsables de los dos partidos de haberse enclaustrado en cúpulas alejadas de la gente que no dan solución a los problemas de la sociedad.
Conscientes de ese desapego que ya dio lugar a disidencias en algunos casos llamativas, las direcciones de Podemos y de En Marea se han lanzado a la reconquista de las bases, y lo hacen además en una competencia no reconocida pero que coincide en el tiempo. Carmen Santos y sus afines recorrieron Galicia el mes pasado con la campaña Ampliando Vistalegre, un argumento que le permitió a la secretaria xeral verse de nuevo cara a cara con los llamados podemitas. En el caso de En Marea, hace poco que se creó una agrupación en Brión, y según Luís Villares, hay otras veinte en proceso de formación porque, «En Marea naceu para quedarse», asegura el portavoz.
Los dos partidos estudian fórmulas para establecer estructuras en zonas rurales
La nueva política es, sobre todo, un fenómeno urbano. Más en Podemos que en En Marea, donde muchos desencantados del BNG se sumaron al nuevo proyecto. Aún así, como se pudo saber por las listas alternativas a la de Villares para el consello das mareas, hay un importante malestar en comarcas que se consideran abandonadas, una queja que recogió el exalcalde de Manzaneda, David Rodríguez, en el documento político de la lista crítica que encabezaba. Podemos reconoce su implantación en el eje atlántico, pero admite que llegar al interior es complicado, de ahí que no descarte la creación de entidades comarcales ante las dificultades para formar círculos allí donde la población está más dispersa. El partido morado cuenta ahora con 41 círculos activos, pero pretende recuperar la efervescencia del 15-M. Mareas locales había 80 registradas para las municipales; ahora son 115, y 20 más que se gestan bajo la amenaza de la ruptura del partido.
Santos cumple un año al frente de la formación morada con una fuerte oposición interna
Carmen Santos fue proclamada secretaria xeral de Podemos Galicia el 12 de abril del 2016, por lo que cumple un año al frente de la formación morada, y lo hace con una fuerte crisis interna y una oposición por parte de los críticos con su gestión que se solapó en los últimos días por la polémica elección de la coordinadora de En Marea, pero que sigue ahí. De hecho, un mes después de que se decidiese crear una comisión en la que estuviesen representadas las dos corrientes a fin de consensuar la adaptación de los documentos de Vistalegre al consello cidadá galego, todavía fueron incapaces de pactar los nombres que la conformarán.
Carmen Santos obvió todas estas complicaciones en un vídeo publicado en las redes sociales en el que recuerda a los adscritos el trabajo realizado a lo largo del último año y les anima a seguir apoyando a Podemos porque «o cambio vai chegar definitivamente a este país».