La policía libera a tres colombianas a las que forzaban a prostituirse en Noia

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

Las mujeres tenían que «devolver» a sus proxenetas 2.000 euros en servicios sexuales

07 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

De Colombia a España para prostituirse. Y, según la Policía Nacional, en «condiciones severas». Esta es la situación por la que pasaron, al menos, tres mujeres que fueron localizadas y liberadas en un piso de la calle Senra, de Noia (A Coruña), por agentes de la Policía Nacional que investigaban el inmueble desde octubre del año pasado al tener indicios de que los proxenetas que gestionaban este lugar se lucraban de forma ilícita. Basta decir que las diligencias policiales acusan a los tres detenidos (dos mujeres y un hombre) de delitos relacionados con la prostitución, contra el derecho de los trabajadores, coacciones y amenazas.

La investigación policial pudo determinar que las mujeres procedían de zonas deprimidas de Colombia, donde probablemente fueron captadas por las detenidas, quienes ofrecían a sus víctimas el acceso a España facilitando los recursos económicos y el pago del pasaje necesario. Fuentes oficiales revelan que, de esta forma, adquirían la deuda que debían pagar en España. También se fijaban compromisos personales de los familiares de las chicas, por si decidían escaparse o no ejerciesen la prostitución. En ese caso, dichos familiares deberían abonar la cantidad adeudada, que alcanzaba los 2,2 millones de pesos colombianos, unos 2.000 euros.

En el caso de que las mujeres fuesen rechazadas al entrar en España, lo intentaban a través de otros países europeos en los que el control de acceso es menor. Al llegar a Madrid y, a través de una persona que supuestamente trabajaba para los acusados, se facilitaba el transporte de las chicas hasta la localidad de Noia para empezar a ejercer su cometido lo antes posible.

Vigiladas día y noche

A las mujeres que han sido liberadas, en el marco de la operación Boavista, no les permitían abandonar la localidad ni el piso, salvo en alguna contada ocasión para ir de compras a Santiago. Eso sí, siempre acompañadas. Estas mujeres estaban obligadas a dedicarse a la prostitución las 24 horas del día, los siete días de la semana desde que llegaron a ese piso y hasta que saldaran completamente la deuda contraída.

La Policía Nacional explica que los servicios sexuales prestados por las tres jóvenes extranjeras era siempre el mismo: el cliente llamaba a la proxeneta e, independientemente de la hora, se desplazaba a la dirección indicada. Y las mujeres tenían la obligación de salir a recibirlo para que él escogiese a una. Los servicios sexuales eran cobrados íntegramente por los proxenetas y, al día siguiente, le era entregada la mitad de la cantidad a la mujer.

Cuando las mujeres eran ya muy conocidas por los clientes, y siempre según las mismas fuentes oficiales, solían desplazarlas a nuevos pisos que controlaban las detenidas, en otras localidades de las provincias de León o Pontevedra, para seguir ejerciendo la prostitución. El juzgado número 2 de Noia instruye la causa.