El 72 % de los concellos encadenan 20 años con más muertes que nacimientos

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

El saldo vegetativo desde 1996
L. P. B.

Solo Ames, Arteixo, Cambre, Poio y O Porriño consiguen dos decenios en positivo

07 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde 1987 Galicia no puede celebrar el contar con más nacimientos que fallecimientos, circunstancia que sin embargo en el conjunto de España se produjo por primera vez el año pasado desde la Guerra Civil, igual que antes había ocurrido con la epidemia de gripe de 1918 y más atrás como uno de los efectos de la guerra napoleónica.

La actual excepcionalidad española es en Galicia, en cambio, una curva demográfica continua y descendente que se extiende por casi todo su territorio. Baste un dato: de los 313 municipios de la comunidad, 225, el 72 %, llevan 20 años seguidos contando más decesos que partos.

El mapa del centro de la página demuestra cómo el color gris y azul domina como reflejo de las localidades donde desde 1996 hay más fallecimientos que nacimientos, lo que se conoce como saldo vegetativo negativo. Solo en 88 ayuntamientos hubo un balance positivo al menos en algún ejercicio de los dos últimos decenios, y únicamente 29 de ellos logran un balance final con más nacimientos que decesos. Esa situación ocurre en la provincia de A Coruña en Ames, Arteixo, Boiro, Camariñas, Culleredo, Oroso y Teo; y en la de Lugo, solo en Burela. En Ourense ese saldo positivo solo se encuentra en Barbadás y O Barco. Y en Pontevedra, en Baiona, Cambados, Cangas, Gondomar, Marín, Moaña, Nigrán, Pontevedra, O Porriño, Poio, Ponteareas, Pontecesures, Redondela, Salceda, Sanxenxo, Soutomaior, Vigo, Vilaboa y A Illa.

Pero la mayoría de esas islas poblacionales han empezado a ver cómo les llega también el agua demográfica al cuello en esta década, acumulando ya muchos de esos municipios varios ejercicios negativos, que no se reflejan aún en el balance vegetativo gracias a los nacimientos sumados antes de la crisis.

Solo hay cinco casos en toda Galicia en los que se mantiene el volumen de nacimientos por encima de los fallecimientos en todos y cada uno de los últimos veinte años. El caso más excepcional es Ames, que acumula en ese tiempo 3.592 alumbramientos más que decesos, lo que sumado a la captación de nuevos residentes lo ha llevado a superar los 30.000 censados y convertirse en la decimotercera localidad gallega más poblada, rebasando ya a Redondela.

Arteixo, que, como Ames respecto a Santiago, hace las veces de polo residencial de A Coruña y además da suelo a gran parte de la industria de su área, es el segundo municipio con el mejor resultado de los que no han tenido en los últimos dos decenios números demográficos adversos, al sumar 2.018 nacimientos más que fallecimientos, balance que en Cambre se sitúa en 1.606 alumbramientos más; en O Porriño, en 936, y en Poio, en 884, conformando las cinco excepciones que de momento no conocen en Galicia un saldo vegetativo negativo.

A Coruña, Ferrol y Ourense, en números rojos desde 1996

Sin contar con la variante poblacional de las migraciones, la ciudad de A Coruña ha perdido en los últimos veinte años 7.745 vecinos fruto de la caída en el volumen de nacimientos y el aumento de los fallecimientos entre sus vecinos. En ningún ejercicio desde 1996 ha logrado darle la vuelta a dicha situación, como tampoco lo ha conseguido Ferrol. La ciudad departamental ha perdido por la misma vía 6.426 integrantes, más de medio millar de ellos en el último año, como resultado de una curva poblacional descendente que se ha acentuado desde el 2012.

Ourense es la tercera ciudad gallega que no ha vivido crecimientos en los dos últimos decenios por la vía vegetativa, perdiendo así 4.064 residentes, lo que sin embargo ha paliado al convertirse en foco de atracción para la emigración interior del resto de la provincia.

Las demás ciudades han registrado al menos algún año un mayor volumen de partos que de entierros, pero en el balance total solo Vigo y Pontevedra mantiene aún un resultado positivo. Pero la ciudad más poblada de Galicia ya lleva seis años de retroceso vegetativo y la capital provincial, uno. Santiago cae desde el 2009, Lugo desde el 2013 y Narón y Vilagarcía sufren la misma situación desde hace seis años.