El Congreso aprueba con 252 votos el decreto de las reválidas y Educación lo ve como la antesala del pacto

s. c. REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Ballesteros | EFE

«El Gobierno quiere aprovechar este momento para llegar por vez primera a un pacto», aseguró Méndez de Vigo

22 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Íñigo Méndez de Vigo podría estar valorando que el pacto por la educación solo sea apoyado por 252 diputados, siempre que no se oponga la comunidad educativa y se mantenga el nivel de abstención actual en el Congreso (67 diputados, los de Podemos).

Al menos, eso es lo que parece tras escuchar las declaraciones del ministro de Educación, ayer, después de la votación del decreto que modifica las reválidas: «El Gobierno quiere aprovechar este momento para llegar por vez primera a un pacto». La normativa salió adelante con los 252 votos de PP, PSOE, Ciudadanos, Compromís, UPN, Foro Asturias y Coalición Canarias; se abstuvieron, y esto es importante para el cálculo político, los 67 parlamentarios de Podemos; y votaron en contra los nacionalistas de ERC, PNV, Bildu y PDeCAT (antigua Convergencia), aunque este bloque no es tan homogéneo como pudiera parecer.

En general, el reparto de votos es el mismo que se ve en la comisión de Educación, en cuyo seno se creó la subcomisión por el pacto educativo. Para Méndez de Vigo, el respaldo parlamentario al cambio de la reválida es «un primer paso, pero importante» hacia ese pacto social y de Estado.

El papel más complicado en este escenario lo tiene Unidos Podemos. A la formación morada la abstención le sirve para diferenciarse de la coalición de facto PP-PSOE sin caer en el «no» sin justificación, ya que al fin y al cabo el decreto de reválidas entierra estas pruebas, a las que se opone frontalmente el grupo de Iglesias. Joan Mena, su portavoz de educación, recalcó que no está de acuerdo con el decreto de reválidas porque es «un maquillaje comprado sin rechistar por PSOE y Ciudadanos» y recordó que la Cámara ha aprobado la derogación de la Lomce; por eso no apoyó el decreto, porque votar a favor sería legitimar la Lomce.

José Juan Díaz (PSOE), en cambio, reconoció que su grupo votó a favor porque el decreto saca las «reválidas» del blanco y negro, aunque lo ha hecho tres años tarde.

Y aparte están los nacionalistas: Miriam Nogueras (PDeCAT) justificó el no en que faltaba un «guiño» hacia Cataluña en cuanto a la inmersión lingüística, con lo que daba pistas a Méndez de Vigo sobre cómo limar asperezas; y Joseba Agirretxea (PNV) mantuvo la petición de derogación de la ley, pero sin llegar al extremo de Bildu o ERC: «Si tragamos este anzuelo, la Lomce seguirá vigente», resumió Joan Olòriz (ERC).