El sospechoso del asesinato de Ana Enjamio decía a sus citas por Internet que había superado su ruptura con una joven

e. v. pita VIGO / LA VOZ

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Anunciaba que buscaba una «cómplice para pasar buenos ratos»

20 dic 2016 . Actualizado a las 17:18 h.

El sospechoso del asesinato de Ana María Enjamio está casado y tiene dos hijos, aunque en diciembre del 2015 había iniciado los trámites de separación. César Adrio trabaja en el departamento técnico de Cablerías Auto y fue él el tutor que enseñó a la joven estudiante de último curso de Organización Industrial cuando ella entró como becaria en la empresa de O Porriño hace un año y medio, en el verano del 2015. Enjamio era muy querida en la empresa y en el poco tiempo que llevaba había transformado para bien la firma como responsable de organización. Ella obtuvo el título el pasado verano y fue contratada en su primer empleo, lo que le permitió estrenar coche.

Por medio, el formador y la becaria iniciaron un idilio después de que ella y su novio de toda la vida rompiesen. Fue una relación discreta que Ana Enjamio zanjó.

Tras quedarse solo, el sospechoso intentó superar la ruptura y se inscribió en la red social para teléfonos móviles Pof, un servicio de citas gratuitas en línea para solteros. Buscaba una «cómplice para pasar buenos [ratos]». Se promocionaba como un hombre de 38 años, de 1,90 de estatura, empleado de una oficina técnica y que buscaba «activamente» una relación. Ante sus citas admitía que había superado su ruptura con una joven. Se definía como «atrevido» y en sus fotos muestra músculo ganado en el gimnasio. Posa ante parajes idílicos, desde un banco de la ría de Vigo hasta las dunas de O Vao.