Noriega ironiza: «Voulle pedir á valedora amparo contra a valedora»

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Álvaro Ballesteros

Milagros Otero cuestionó esta semana que el alcalde compostelano haya promovido un convenio con los locales de hostelería para regular la celebración de conciertos en vivo pese a la oposición de un grupo vecinal

23 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No existe documentación sonora, pero el problema de los ruidos en Santiago puede remontarse con ciertas garantías a la fundación de la Universidade, hace más de quinientos años. El de los sintecho alterando la convivencia es sin duda más reciente, pero resulta igual de preocupante para los vecinos, que han encontrado en el Valedor do Pobo una figura que los escucha y que, por primera vez, toma cartas en el asunto. Cartas también en el estricto sentido postal, porque las reclamaciones de un colectivo de comerciantes y una asociación vecinal de la zona vieja han generado un intercambio de misivas oficiales entre la valedora, Milagros Otero, y el alcalde Martiño Noriega (Compostela Aberta).

A pesar de la evidente tensión, el regidor tiró ayer de ironía y afirmó que va a pedir a la valedora «amparo contra a valedora», porque a su juicio se está produciendo una carga de solicitudes de información que considera «reiterada», para indicar en el mismo tono que «a p de pobo parecía dobre», en referencia al PP, que ha hecho bandera de estos asuntos. Noriega trató ayer de ser comprensivo con el papel de la institución, pero al mismo tiempo defendió su gestión para atajar los ruidos nocturnos con los expedientes abiertos a bares, que ahora le reclama la valedora por entender que hay pasividad por parte del Ayuntamiento compostelano.

Milagros Otero cuestionó esta semana en un informe que Noriega haya promovido un convenio con los locales de hostelería para regular la celebración de conciertos en vivo. Se trata de un acuerdo que también apoyaron anteriormente otros alcaldes, pero que ha encontrado oposición en un grupo vecinal, que considera que este tipo de actividades no ayudan a frenar los ruidos ni el consumo de bebidas en la calle, un problema «cívico» que el Concello quiere desligar de los establecimientos hosteleros.

Problemas de antes o de otros

El alcalde compostelano, que cuestionó la representatividad de la asociación vecinal que lidera esta batalla, se aferró al argumento de que el conflicto es histórico y que él no hace más que tratar de buscar un «punto de equilibrio» entre el derecho al ocio y al descanso, como ya se intentó en otras etapas políticas.

En el caso de los sintecho, que generan problemas de orden e higiene en varios espacios públicos muy turísticos y comerciales de la ciudad, el Ayuntamiento también recibió con malestar que la valedora reprochara su inactividad política a la hora de buscar una solución. En ese caso, el Concello también despejó balones hacia el pasado y contra otras instituciones, al interpretar que la presencia de indigentes ha sido frecuente en Santiago. Noriega esgrimió, además, una resolución judicial que responsabilizaba a la Xunta de desatender a uno de los sintecho que protagoniza un conflicto ya enraizado en las piedras de Compostela.