José Ramón Gómez Besteiro pelea por vencer en la prórroga

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

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El exlíder del PSdeG intenta mantener su parcela de poder en el partido frente al intento de Vigo de arrebatársela

20 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Hubo una época, antes de que estallara la crisis, en que la política se dejaba tentar por Second Life, ese metauniverso de Internet en el que se eligen avatares para vivir virtualmente en paralelo a la realidad. Por ahí se asomaron seguidores de Obama a recaudar fondos para su campaña y también lo hizo Le Pen, que tuvo el mérito de poner de acuerdo a miles de hologramas para combatirlo con una protesta. El único éxito relativo de Second Life de la política española se lo anotó Gaspar Llamazares, cuya vida paralela le permitió debatir con Rajoy, quemar fotos de la familia real sin ser sancionado y atraer más gente a un mitin recreado que a uno de verdad.

No llegó a mojar nunca esa plataforma en la política gallega, quizás porque el realismo galaico es capaz de superar cualquier recreación virtual. Aquí hay políticos que vienen ya con la segunda vida puesta de serie, con capacidad para renacer con éxito cuando ya se habían marchado. No hay más que reparar en Beiras o en Abel Caballero. También en el propio Mariano Rajoy, que en 1987 dejó la política para ejercer de registrador en Santa Pola. ¡Quién diría entonces lo que estaba por llegar!

En el PSOE gallego también hay un dirigente que se marchó, pero que mantiene el liderazgo prorrogado mientras pelea por una segunda vida. Se trata de José Ramón Gómez Besteiro, que dimitió como secretario general del partido hace ocho meses debido a que le cayeron encima hasta diez imputaciones judiciales, pero que logró mantener casi intacta su influencia en el PSdeG a través de los vínculos que lo ataban a Pedro Sánchez, en Madrid, y a Pilar Cancela, en Galicia. Sus dotes para manejar los hilos desde la sombra le permitió tejer una amplia alianza territorial que acotó el poder de Abel Caballero y de Pachi Vázquez y, dos meses después de dimitir, le permitió ganar las primarias con su apuesta por Leiceaga.

Jugar al límite

El Besteiro que era secretario general jugaba al límite en política. Ahí están el mal relevo y la pérdida transitoria de la Diputación de Lugo, las caídas en desgracia de su mano derecha en el partido, González Santín, y de su mentor político, López Orozco, o incluso la expulsión del PSOE de Manuel Martínez, que fue vicepresidente suyo en el gobierno provincial.

Y el caso es que esa suerte de avatar con el que Besteiro continúa tutelando el PSdeG opera de forma muy parecida. También jugando al límite para mantener su influencia, especialmente una vez que perdió su punto de anclaje en Ferraz con la dimisión de Pedro Sánchez, y que puede estar cerca de perderlo también en la rúa de O Pino con las maniobras dirigidas a desplazar a Pilar Cancela y a todo el besteirismo de la gestora gallega.

Pero mantener el poder desde la sombra durante tanto tiempo tiene sus dificultades. Y Besteiro, o su avatar, ha empezado a exasperar a algunos de los aliados con los que contaba para la travesía que ha de conducirlo hasta la segunda vida. A Leiceaga, tras promoverlo como candidato, ya intentó cortarle las alas tres veces. La primera en julio, cuando pacta con Vigo el calendario de las listas al margen del candidato a la Xunta; la segunda en octubre, al intentar desplazar a Leiceaga como portavoz en el Parlamento, usando como pieza de consenso a Luis Álvarez, ahora viceportavoz; y la tercera hace poco más de una semana, cuando promovió un encuentro en Santiago entre Abel Caballero y uno de sus más leales, González Formoso, para pactar un cambio en la gestora del PSdeG que preserve su cuota de influencia.

El caso es que ninguno de estos movimientos cuajó. Aunque el avatar de Besteiro pelea por ganar en la prórroga y preservar su parcela, ni su propia gente le concede el predicamento que tuvo como secretario general, ni Abel Caballero parece dispuesto a desperdiciar la mejor oportunidad que tuvo para hacerse con el control del PSdeG. La partida está abierta, pero ahora son la nueva dirección de Ferraz, y la andaluza Susana Díaz, los que manejan la realidad virtual del socialismo gallego.