El fiscal pide la prisión permanente revisable para el parricida de Moraña

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

GALICIA

El hombre está acusado de asesinar con una sierra radial a sus hijas, de 9 y 4 años

11 nov 2016 . Actualizado a las 01:16 h.

Por primera vez en España, un fiscal se ha acogido formalmente a la reforma del Código Penal que estableció la prisión permanente revisable. Así, el representante del ministerio público pontevedrés encargado de supervisar la instrucción del doble crimen de Moraña, en el que dos niñas de 9 y 4 años fueron supuestamente asesinadas por su padre, ha trasladado esta petición en el escrito de acusación que ha remitido al Juzgado de Instrucción número 1 de Caldas de Reis.

El fiscal mantiene la tesis de que David Oubel, padre de Candela y Amaya, actuó de tal manera que eliminó cualquier posibilidad de defensa de sus hijas. Esto explica que considere que existió alevosía en el doble crimen y, por tanto, este sea tipificado como asesinato. En este punto, los informes forenses confirmaron que «ambas niñas murieron degolladas con un instrumento afilado de borde aserrado y cortante», presumiblemente una sierra radial que, al parecer, fue adquirida la víspera del crimen, cometido en la mañana del 31 de julio del 2015.

Ese día, las pequeñas se encontraban en casa de su padre en cumplimiento «del régimen de visitas acordado con su exmujer». En relación con esta última, en la memoria de la Fiscalía Provincial de Pontevedra se reseña que «no existían problemas» con la que había sido su esposa, quien está personada en la causa como acusación particular.

De igual modo, «la relación del padre con sus hijas fue definida por todos los testigos como muy buena». De hecho, el domingo anterior a los asesinatos, David Oubel acudió con sus dos hijas a la carballeira de Santa Lucía, en el centro de Moraña, para participar de los festejos organizados alrededor de la Festa do Carneiro ao Espeto.

Estas dos circunstancias llenan de incógnitas los motivos que pueden estar detrás de ambas muertes, un misterio que el propio acusado no ha hecho más que alimentar al guardar silencio en sus distintas comparecencias judiciales. De hecho, el único atisbo que se tiene de lo que pudo haberle llevado a acabar con la vida de sus hijas se encuentra en las cartas que remitió al que era su compañero sentimental y a una prima. Al primero, entre otras cuestiones, le escribió que «al final la presión me venció. Me llevo conmigo parte de lo que más quiero».

Las previsiones que se manejan en el seno de la Fiscalía es que la vista oral tenga lugar en la Audiencia de Pontevedra ya entrado el primer semestre del próximo año. En este sentido, una vez recibido el informe psicológico que ratificó que Oubel no padece ningún tipo de afección o patología mental que pudiese haber afectado a su voluntad o inteligencia, solo falta que se celebre una vista preliminar en Caldas. En ella se le trasladarán al presunto parricida tanto los hechos que se le imputan como las pruebas que obran en el sumario y que sustentan las acusaciones del doble asesinato.

Las fuentes consultadas precisaron que es un trámite establecido en la propia Ley del Jurado al que David Oubel puede asistir por videoconferencia desde la cárcel leonesa en la que está recluido en régimen de prisión provisional. A partir de ese momento, la causa será remitida a la Audiencia para que señale la fecha de comienzo del juicio y realice una preselección previa de 36 personas de entre las cuales saldrán los nueve miembros que formarán el jurado popular, así como los dos suplentes.