Buscan en Lugo al violador de una joven de 20 años que intentó abusar de otra mujer

tania taboada LUGO / LA VOZ

GALICIA

Alberto López

El sospechoso es rubio, de ojos claros y lleva un pirsin en el lado derecho de la nariz

06 jul 2018 . Actualizado a las 13:38 h.

La Policía Nacional de Lugo busca a un hombre que a finales de septiembre violó a una estudiante de 20 años e intentó abusar de otra mujer cuando regresaba de una cena de empresa. Los hechos ocurrieron en un edificio del barrio lucense de Augas Férreas -próximo al campus universitario-, donde una buena parte de las viviendas están habitadas por estudiantes.

Ambas mujeres acudieron a la Comisaría Provincial para presentar la correspondiente denuncia. Una se remonta a finales de septiembre y la otra a los últimos días de octubre. La estudiante de 20 años, que actualmente no reside en ese edificio, denunció una violación, mientras que la otra vecina denunció un intento de agresión sexual. Aunque existen solo dos denuncias, los vecinos del edificio aseguran que el violador ha intentado actuar al menos en otras dos ocasiones, pero que las mujeres se dieron cuenta de que las seguía y no accedieron al edificio.

Conocedor del edificio

Algunas fuentes próximas al suceso han indicado que el sospechoso es un joven español, rubio, de ojos claros, que supera el metro ochenta de altura y que lleva un pirsin en el lado derecho de la nariz. Uno de los días que se encontraba en la zona vestía un pantalón gris, zapatillas deportivas oscuras de tela y una sudadera azul claro. Actuó con la cara tapada, con una braga cubriendo parte del rostro y simplemente con los ojos a la vista.

Parece ser que el violador conoce todos los entresijos del edificio, a pesar de ser un inmueble donde tres edificios están conectados por el garaje. Dicen que es conocedor del truco de la puerta que da entrada al edificio, ya que en la cerradura hay un pestillo que, cuando se baja, impide que quede cerrada y permite la entrada.

En cuanto a la joven estudiante, cuya violación se consumó a finales de septiembre, el modus operandi fue sencillo para el agresor. La esperó en un cuarto situado al lado del ascensor, cerca de las cuatro de la madrugada, cuando la joven regresaba a casa. La chica llamó al elevador y el hombre salió del habitáculo y la atrincheró en el ascensor. La bajó al garaje y en el cuarto donde se encuentran los aparatos de Internet la violó. La puerta de ese habitáculo estaba cerrada, pero sin pasar la llave.

En cuanto al intento de agresión no consumada sobre otra mujer, los hechos ocurrieron de manera similar. Ella subía por las escaleras poco después de las dos de la madrugada cuando volvía a casa de una cena de empresa. Él apareció en la escalera y le dijo que subiera en el ascensor. Entonces la mujer comenzó a gritar, antes de que el violador tuviese tiempo a agarrarla, y él huyó escaleras abajo a grandes zancadas.

Según indicaron varios vecinos, el hombre intenta actuar a partir de medianoche. La policía, que vigilaba la zona desde el primer suceso, había advertido a varios vecinos que no diesen la voz de alarma para facilitar que sea atrapado.