Diana Quer y 2.176 desaparecidos más

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Interior ha tramitado 14.000 denuncias este año en España. Más de dos mil siguen activas

25 sep 2016 . Actualizado a las 11:28 h.

Diana Quer es la persona más buscada de España. Nada se sabe de ella desde la madrugada del 22 de agosto. La repercusión mediática de este caso es extraordinaria. Sus padres, separados, ofrecieron ruedas de prensa diarias y se dejaron ver en las televisiones. «No hay desaparecidos de primera y de segunda», decía el miércoles la madre de Diana. Y puede que sea así, aunque no lo parezca. Lo que sí hay son diferencias en cuanto a la calificación de los casos. «No es lo mismo una desaparición de un menor de edad que la de un adulto que ha dejado una nota diciendo que se marcha voluntariamente», explican fuentes del Ministerio del Interior para argumentar los motivos del desvío de más recursos hacia una denuncia que hacia otra.

Pero siempre se busca, aseguran las mismas fuentes. En lo que va de año se han tramitado más de 14.000 denuncias en España. La mayoría se cancelan porque el desaparecido es hallado a las pocas horas, vivo o muerto. Pero de muchos casos no se sabe nada. Son los 2.177 que están incluidos en la base de datos de personas desaparecidas y restos humanos. Son las denuncias activas, los casos que se mantienen abiertos hasta que alguien confirma que se ha cerrado.

Ahí aparece Diana Quer. Pero también Iván Durán, el vecino de Baiona de 30 años que desapareció de su casa tres días después que Diana. Para buscarlo se han hecho batidas vecinales y la Guardia Civil destinó un grupo de agentes con perros adiestrados, pero aún no hay rastro de este hombre, que mide dos metros de alto. Uno de los últimos en entrar en esa lista es Alejandro Carballude, un vecino de Pantón (Lugo), de 37 años, que falta de su casa desde el pasado martes. Y Manuela Chavero, una mujer de 42 años, madre de dos niños pequeños, que desapareció misteriosamente de su casa una madrugada del pasado mes de julio en Monesterio (Badajoz).

El de los desaparecidos es un problema social de tal magnitud que los responsables de Interior buscan la colaboración de otros organismos del Estado y de las comunidades autónomas, y de asociaciones y fundaciones que dedican sus esfuerzos a la búsqueda de personas de las que nada se sabe. Una de las más activas es SOS Desaparecidos, una asociación nacida en Murcia y que canaliza las búsquedas y difunde a través de las redes sociales la información sobre los desaparecidos. En sus listados, disponibles a través de su web, figuran decenas de gallegos de los que no se sabe nada. Entre ellos, Sonia Iglesias, la pontevedresa desaparecida en agosto del 2010 cuando iba a trabajar.

Todos son casos abiertos. Pero las cifras varían constantemente, cada día, cada hora. La base de datos de desaparecidos ofrece una radiografía de la realidad, pero no es exacta. «Hay muchos casos en los que la persona aparece, pero el familiar que puso la denuncia no lo comunica, con lo que el caso sigue estando activo para nosotros», afirman desde Interior.

En la base de datos no solo hay datos de personas desaparecidas. Este registro incluye también información sobre restos humanos que han sido encontrados y que no han podido ser identificados. Hay cadáveres, huesos, mechones de pelo, restos de sangre, de saliva... Cuando un policía introduce los datos de una denuncia por desaparición, un programa informático cruza esa información con los perfiles guardados y los compara. Cuando hay alguna coincidencia el caso se reactiva o, en su caso, se da por concluido.

Una desaparición tiene siempre la máxima prioridad para los cuerpos de seguridad. Y la tiene porque ya son demasiadas las veces en que los casos se cierran con una tragedia.