El niño autista entró dos veces en el quirófano para ser operado de sordera

pepe seoane OURENSE / LA VOZ

GALICIA

En el 2005, cuando tenía dos años, le colocaron un implante coclear tras ser diagnosticado de hipoacusia bilateral muy severa

15 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El niño ourensano autista a quien en febrero del 2005 hicieron un implante coclear en el Complexo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI), al haber sido previamente diagnosticado en ese mismo centro sanitario público de hipoacusia bilateral muy severa, entró en quirófano dos veces para tratarse esta disminución auditiva. La primera, en diciembre del 2014 y apenas transcurrido un mes del diagnóstico, la operación se suspendió al presentar el pequeño una infección que se detectó cuando ya se había iniciado la intervención quirúrgica. La segunda, dos meses después, fue la definitiva.

Los padres del menor habían acudido en noviembre del 2004 al servicio de otorrino del CHUVI con una prueba médica realizada en un centro privado. De la lista de espera al quirófano fueron pocas semanas. La atención había sido «áxil», según refleja el Sergas en la contestación a la demanda judicial de responsabilidad presentada por el padre del menor, dado que no es sordo sino autista. Diagnosticado en noviembre, tres meses después salió del quirófano con un implante que pronto dejó de usar, cuando se confirmó su autismo.

El Sergas, al defender que la actuación médica fue la correcta, cita un informe forense del año 2009 y un escrito complementario del 2010, cuando los padres habían iniciado acciones penales contra los médicos. Fueron archivadas en un juzgado de Vigo. «No existe un diagnóstico concreto en los informes aportados que permita explicar la recuperación inusual en relación con este caso», indican los forenses, que resaltan cómo para el diagnóstico de hipoacusia severa bilateral el tratamiento indicado es el implante coclear.

Introducen un matiz que la propia administración resalta. «Hay que tener en cuenta que se realiza una cuidadosa selección de paciente para implante coclear dado que se trata de un procedimiento de elevado coste económico». El niño, que ahora tiene 14 años, oye perfectamente por un oído y «con respecto a la pérdida de audición de oído derecho, es compatible con la presencia de un implante coclear», dice ese mismo informe que aporta el Sergas como parte de su argumentación.

La administración defiende sin asomo alguno de duda la actuación de sus equipos médicos en los años 2004 y 2005. «No se puede afirmar que A. no padecía en aquel momento sordera bilateral, siendo el diagnóstico, a la vista de las pruebas practicadas, correcto», cita nuevamente el texto que en el año 2010 aportó el Imelga, suscrito por especialistas de este servicio e incorporado al procedimiento penal iniciado en el 2007, a raíz de que se confirmara la condición de autista del niño, que la audición era normal en el oído izquierdo y presentaba en el oído derecho un severa hipoacusia, consecuencia probable del implante coclear.

Aquel procedimiento penal, dirigido por el padre del menor contra los médicos, se había archivado cuando ya la Xunta había reconocido una minusvalía del 78 % en base a un diagnóstico de trastorno del desarrollo, espectro autista, retraso madurativo, trastorno del lenguaje por discapacidad auditiva, e hipoacusia en oído derecho. El menor es aún portador de la parte interna del implante, costoso, que le fue colocado cuando todavía no tenía tres años.