El fuego arrasa 4.000 hectáreas en dos días, la mayoría en Ourense

m. rodríguez, T. taboada OURENSE, LUGO / LA VOZ

GALICIA

Marta Carballo / Iñaki Grilo

Permanece activo en A Fonsagrada, en Lugo, un incendio que dejó al municipio sin teléfono y obligó a cortar una carretera

08 sep 2016 . Actualizado a las 14:14 h.

Más de 4.000 hectáreas es el balance de los incendios de los dos últimos días en Galicia. Ourense arde por los cuatro costados y el humo de los incendios forestales contaminaba buena parte de la provincia ayer. Calmada la situación en Requiás y en Oímbra -donde el fuego asoló tierras de labradío, viñedos, colmenas, plantaciones forestales y monte raso- las situaciones más críticas se vivieron en A Illa (Entrimo), con varios pueblos en peligro, y en Vences (Monterrei).

Un fuego que entró desde Portugal tuvo en vilo a la parroquia entrimeña durante toda la noche. El viento hizo que el incendio se descontrolase. El alcalde, Ramón Alonso, criticaba que no hubiesen actuado los medios aéreos a las 9.30 horas, cuando se les solicitó, y el incendio era más atacable. Desde Medio Rural precisaron que entre las 10.13 y las 18.37 horas actuaron en este incendio siete helicópteros y tres aviones y que antes no pudieron entrar por falta de visibilidad. Por la tarde, el aire se volvió «irrespirable» en A Illa, según contaba una vecina, Cristina Calleiro: «O lume está moi cerca das casas, a uns 50 metros e a algunha tocoulle. Estamos rodeados porque o lume salta co aire nas cascas dos piñeiros e cáenos nos brazos, está ardendo ao noso lado». El peligro para las viviendas hizo que la Xunta decretase la situación dos. Lo mismo ocurrió en Vences, Monterrei, donde comenzó un incendio poco antes de las dos de la tarde, cerca del pueblo, que afectó a 150 hectáreas, según Medio Rural.

El incendio que consumió unas 850 hectáreas en Entrimo pasó a Lobios y se acercó peligrosamente a la localidad de Quintela. Por momentos se pudo controlar, pero las pavesas y brasas hicieron que se reprodujese en el centro del pueblo, explicó la alcaldesa, Mari Carmen Yáñez. En A Baixa Limia se dio por controlado el gran incendio de Requiás, tras quemar 800 hectáreas y se apagó otro que quemó 75 en A Fraga (Lobeira), pero surgieron nuevos fuegos en la comarca. En Brués, Boborás, tenían que apagar ayer los rescoldos del incendio que calcinó 520 hectáreas. Una vecina, Carmen Crespo, criticaba que no se hubiera dejado una motobomba al lado del aserradero de su propiedad, donde amagó con reproducirse el incendio y su marido lo apagó con calderos. «Estuvimos toda la noche vigilando. Estamos agotados. Por la tarde se portaron muy bien los medios, pero por la noche el fuego saltó tres veces y no había nadie», explicaba.

Y en Oímbra, después de una noche muy mala, seguían trabajando ayer las brigadas y la UME -que también estuvo en Entrimo y Monterrei- para extinguir un incendio que quemó 1.500 hectáreas y dejó sin medio de vida a muchos agricultores, explicaba la alcaldesa, Ana Villarino.

En el municipio lucense de A Fonsagrada permanece activo un incendio que fue detectado pasadas las 8.30 horas de ayer. Ha calcinado hasta el momento 80 hectáreas de monte arbolado y, por ahora, no ha podido ser controlado por los medios de extinción que trabajaron desde un primer momento sobre el terreno.

El fuego comenzó en la parroquia de Paradavella pero tal fue su voracidad que llegó a cruzar la carretera provincial y a dejar el municipio sin líneas telefónicas ni Internet porque se quedaron sin repetidores. Fue necesario cerrar a la circulación parte de la LU-530, a su paso por el término municipal de Baleira y a la altura de A Lastra (entre los puntos kilométricos 37 y 41). Trabajan en la extinción del incendio un técnico, cuatro agentes, 18 brigadas, 13 motobombas, 2 palas, 6 helicópteros y 3 aviones. El fuego permanece estabilizado.

Una vecina de Boborás: «Estuvimos toda la noche vigilando, estamos agotados»