Las llamas cercaron pueblos de Ourense y quemaron más de mil hectáreas

m. rodríguez OURENSE / LA VOZ

GALICIA

Miguel Villar / Atlas

Tensión en Oímbra y en Requías (Muiños), en el corazón del Xurés.  En este último incendio ha podido ser desactivada la Situación 2

07 sep 2016 . Actualizado a las 08:37 h.

Varios pueblos ourensanos sufrieron ayer una jornada de pesadilla debido a los fuegos forestales. En Requiás, localidad de Muíños colindante con Portugal, el fuego iniciado el lunes, y dado por controlado, se reactivó por la mañana y se tornó muy virulento a causa del viento, que complicó sobremanera la extinción, a pesar de que en la zona se concentró una gran cantidad de medios aéreos, terrestres, con más de treinta brigadas y un buldócer.

El frente del fuego llegó a ser de ocho kilómetros y aunque a última hora de la tarde se calmó el viento y disminuyó la intensidad del fuego, el pueblo se mantuvo alerta durante la noche para evitar que se acercase de nuevo al núcleo. En esta zona del parque natural Baixa Limia-Serra do Xurés, la estimación provisional era de 500 hectáreas calcinadas durante la jornada de ayer. En principio ardió sobre todo monte raso y quedó a salvo una importante reforestación realizada hace unos años. El hecho de que se iniciase en dos focos hace pensar que se trata de un incendio provocado. El fuerte y cambiante viento acercó el fuego hasta muy cerca de Requiás y también a un barrio del vecino Guntumil. Murieron animales por inhalación de humo, según fuentes locales, aunque la labor de los grupos de emergencia evitó que ardieran pajares.

 En este último incendio ha podido ser desactivada la Situación 2 esta mañana, según ha anunciado la Consellería de Medio Rural.

Este área del parque natural se había salvado de las llamas en los últimos años, pero había alerta por fuegos próximos en Portugal, donde el combate contra el fuego en el norte del país continúa y ya han ardido más de 8.500 hectáreas de su parque nacional de la Peneda-Gerês.

No solo en esta zona del parque del Xurés hubo fuego ayer, sino que se inició otro incendio a las 18.46 horas en la parroquia de A Illa, en Entrimo. Los pueblos de Olelas y Quintela sufrieron por la rápida extensión del fuego, que saltó la carretera local. La Xunta dio por afectadas más de veinte hectáreas, en una estimación provisional, pero fuentes locales advertían que sería mucho más pues seguía activo un frente de 1,5 kilómetros al caer la noche, a pesar de que las llamas ya no tenían tanta fuerza.

Mucha tensión se vivió en Oímbra, en la comarca de Monterrei. Al igual que en Requiás, la Xunta declaró la situación dos por la proximidad a los pueblos de Espiño y Bousés. El fuego se acercó peligrosamente a viviendas de A Granxa, y los medios de extinción, entre ellos la UME, trabajaron toda la jornada para salvar casas, según explicaba la alcaldesa, Ana Villarino. En este fuego, que comenzó a las 14.05 horas, habían ardido unas 500 hectáreas, según Medio Rural, a media tarde de ayer. Las brigadas intentaban que no llegara a cuatro núcleos de As Chas.

En Boborás se registró un incendio importante, en la parroquia de Brués, que estuvo cercada por el fuego y con la carretera nacional cortada. En el entorno de la capital de Ourense se alertó de otro fuego en la zona de Montealegre, que fue controlado en un par de horas.

El fuego recorrió más de dos kilómetros en un cuarto de hora en el parque natural

Los numerosos incendios y la virulencia de estos hizo que los efectivos de extinción acabaran agotados después de intervenir en los puntos que tenían asignados. De Muíños a Entrimo, las brigadas y los medios aéreos no daban abasto para poder atender todas las zonas en las que había peligro. Las altas temperaturas, rondando los cuarenta grados con toda la provincia en alerta naranja, se combinaron con un fuerte viento y una baja humedad, dando las condiciones idóneas para la propagación del fuego.

La intervención de los medios de extinción y de emergencias evitó que la población resultase afectada, aunque el monte seguía ardiendo ayer por la noche y se mantenía la tensión y la alerta. La gente mayor que vive de estas zonas de rurales se protegía en sus casas. Hubo algún aviso de desalojo, pero no llegó a haber evacuaciones. Nadie resultó herido ni necesitó asistencia médica, apuntan en las zonas afectadas, más allá de alguna crisis de ansiedad por ver el fuego tan cercano a las casas. La conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, visitó Oímbra y mostró su «indignación» en un «día terrible» con más de 40 fuegos en Galicia. Abogó por un cambio legislativo para endurecer las penas contra los incendiarios, en declaraciones recogidas por Efe.

En el incendio de Requiás, después de un avance lento a primera hora de la mañana del fuego reproducido a medio kilómetro de donde se había originado el lunes, hubo momentos en los que las llamas recorrían dos o tres kilómetros en un cuarto de hora. El fuego corría hacia abajo con una gran velocidad, ayudado por el viento, con la misma fuerza que si avanzase subiendo, explicaban vecinos de Requiás.

Para hoy, la situación seguirá siendo de riesgo extremo por las altas temperaturas.