Tomás Fernández-Couto: «Que yo sepa, el monte no se suicida»

Tamara Montero
tamara Montero REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Tomás Fernández-Couto dice que el monte gallego es «un territorio vivo» y muy productivo.
Tomás Fernández-Couto dice que el monte gallego es «un territorio vivo» y muy productivo. Álvaro Ballesteros

Tacha de homicidas a los incendiarios, que multiplican su actividad cuando el clima los favorece

21 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Satisfecho con el resultado de operativo antiincendios durante la última oleada de incendios, sobre todo teniendo en cuenta la peligrosidad y la cantidad de focos que ha habido que apagar de manera simultánea, el director xeral de Ordenación e Produción Forestal, Tomás Fernández-Couto (Ferrol, 1960), pone el acento en que el problema en Galicia no es el abandono del monte, sino los incendiarios.

-Nueve mil hectáreas quemadas. ¿Entra en la normalidad?

-Más allá de la superficie, hay que tener en cuenta que la semana pasada fue una semana de condiciones extremas, no solo de temperatura, también por el nordés continuo, un viento que favorece mucho la propagación de los incendios. Hemos tenido momentos y lugares de hasta 100 kilómetros por hora, y el problema en Galicia es que en ese momento de nordés es cuando se dispara la actividad incendiaria. Entre lunes y lunes de esta semana de condiciones extremas hemos tenido que apagar 435 incendios, de los que un porcentaje muy alto ha quedado en menos de una hectárea.

-La mayoría de los incendios estaban en el eje atlántico. ¿La causa es el nordés?

-La mayor actividad se ha dado en esa zona y además en esas condiciones. Son fuegos con una fuerza tremenda, que en poco tiempo afectaron a muchas hectáreas pero que en apenas 24 horas estaban prácticamente sin llamas o estabilizados. Fueron rápidos, intensos y peligrosos. Al acabar la situación de nordés se produjeron decenas de incendios por tormentas y aparato eléctrico en Lugo y Ourense. Esos son incendios aleatorios, por lo que muchos se apagaron con facilidad y alguno fue complicado. Pero los fuegos con nordés eran en zonas muy complicadas, a favor del viento, a favor de pendiente y para que el incendio produjese la mayor afectación.

-Como en el sur de Pontevedra.

-Son zonas muy habitadas, y son fuegos que afectaron a suelo forestal, a rústico, a urbano, a periurbano y a núcleos rurales. Son fuegos de gran peligrosidad para la vida de las personas. Todo apunta a que son fuegos intencionados y creo que ya no estamos hablando de incendiarios, sino de delincuentes homicidas. Son un riesgo para todos los gallegos y localizarlos y descubrirlos es un objetivo de primera magnitud.

-¿Es difícil procesarlos?

-Es difícil localizarlos. Suele ser gente que conoce muy bien el territorio y en la mayor parte de los casos hablamos de gente muy relacionada con el entorno en el que está actuando. Y no solo es difícil localizarlos, sino después demostrarlo. Los cuerpos policiales llevan muchos años haciendo un gran esfuerzo, y creo que el que se hace en Galicia es equivalente al que se realiza conjuntamente en el resto del Estado y el número de detenidos suele ser en Galicia igual al del resto del Estado. Algunas de las detenciones en estos días ha significado que se ha tranquilizado una zona con una alta actividad incendiaria.

-¿Por qué actúan?

-La causa más general está relacionada con eliminar la vegetación, lo que es una auténtica economía del fuego, porque es eliminar de una forma delictiva la vegetación cuando hay mil instrumentos físicos y mecánicos para realizar ese trabajo. Lo que se están ahorrando es una factura. A partir de ahí hay causas tan curiosas como ver trabajar los medios aéreos, quemar zonas de acceso a embalses y al mar donde pueden actuar mariscadores o pescadores, renovar pastos... Pero en los fuegos que hemos sufrido estos días en zonas densamente habitadas, es difícil llegar a causas mínimamente razonables y más cuando se genera ese riesgo de vidas.

-Hay quien denuncia falta de medios y descoordinación en las labores de extinción.

-Yo me pregunto en qué lugar del mundo, en las condiciones en las que hemos tenido que trabajar, hay una organización que es capaz de atender y apagar 435 incendios. Si no hubiese un operativo muy eficaz y con un nivel muy importante de coordinación eso sería totalmente imposible.

-¿Arde el monte porque está abandonado?

-Han ardido montes productivos, zonas abandonadas, ha habido fuegos al lado de zonas habitadas... Fuera de Galicia hay en toda la Península millones de hectáreas con la misma o más masa que Galicia y con un clima tremendamente más extremo que el nuestro y esas superficies no arden. Creo que a veces confundimos las cosas. No se puede decir que en Galicia hay unos cuantos fuegos por accidentes y negligencias y que cada vez que hay uno se hace inmenso porque está todo abandonado. Esa no es la realidad de Galicia. La realidad es que hay una actividad incendiaria tremendamente fuerte y que el servicio de extinción es capaz de reaccionar. Que yo sepa, el monte no se suicida y los propietarios no queman sus propiedades.

-¿Pero está abandonado?

-Solamente en lo relacionado con la producción de madera hablamos de 1.700 millones de euros de facturación anuales. Solo la venta de madera supone casi 300 millones de euros anuales a los propietarios y también hay otras producciones grandes como la castaña, hay un aprovechamiento de pastos muy grande... Lo que pasa es que Galicia es, con mucha diferencia el territorio de Europa donde más crece la vegetación, y eso es también la razón de nuestra alta productividad. Es frecuente que actúes en un terreno y que antes de la primavera la vegetación te llegue a la rodilla. Lo que no se puede es producir incendios, que es nuestro gran problema. En este momento estamos en unos 3.000 incendios al año, mientras hace unos diez años había 10.000 incendios anuales. El problema va a menos, vamos mejorando dentro del disparate, porque 3.000 incendios en un territorio como Galicia es un disparate.

-¿Qué medidas se han tomando para reducir ese disparate?

-Llevamos muchos años con un servicio específico de incendios y con grandes inversiones en política forestal y prevención. Es difícil encontrar territorios con la densidad de pistas, de cortafuegos y de puntos de agua y de bases que tiene Galicia. Hay muchas inversiones. El monte en Galicia es un territorio vivo, que podría captar más inversión, sí, pero no justifica que arda.

«No podríamos apagar 435 incendios si no hubiese un operativo eficaz y coordinado»

Fernández-Couto insiste. El monte arde porque lo queman. La pregunta es: ¿Cuáles son las motivaciones de los incendiarios?

-La causa más general está relacionada con eliminar la vegetación, lo que es una auténtica economía del fuego, porque es eliminar de una forma delictiva la vegetación cuando hay mil instrumentos físicos y mecánicos para realizar ese trabajo. Lo que se están ahorrando es una factura. A partir de ahí hay causas tan curiosas como ver trabajar los medios aéreos, quemar zonas de acceso a embalses y al mar donde pueden actuar mariscadores o pescadores, renovar pastos... Pero en los fuegos que hemos sufrido estos días en zonas densamente habitadas, es difícil llegar a causas mínimamente razonables y más cuando se genera ese riesgo de vidas.

-Hay quien denuncia falta de medios y descoordinación.

-Yo me pregunto en qué lugar del mundo, en las condiciones en las que hemos tenido que trabajar, hay una organización que es capaz de atender y apagar 435 incendios. Si no hubiese un operativo muy eficaz y con un nivel muy importante de coordinación eso sería totalmente imposible.

-¿Se dedican muchos recursos a extinción y pocos a prevención?

?Tenemos un despliegue estructural durante todo el año con refuerzos puntuales cuando son necesarios. El gasto en incendios anual es de 100 millones de euros, el mismo que hace 10 años. Cuando hay pocos recursos el operativo no debe descender, y cuando hay más capacidad de gasto, como este año, el gasto en incendios es 3 millones de euros menos, y el de actuaciones directas de política forestal se ha duplicado. El equilibrio es de un 55- 45 %.