Juan Luis Pía: «Hay una posibilidad razonable de recuperar el dinero del 'Prestige'»

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

CESAR QUIAN

«Nunca he recibido presiones políticas en este asunto ni en ningún otro. Y tampoco lo toleraría», asegura Pía

14 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Luis Pía presidió el juicio del Prestige durante algo más de nueve meses y eso imprime carácter. La sentencia que redactó junto a otros dos magistrados dejó sin castigo los principales delitos y fue enmendada en casación por el Tribunal Supremo, que condenó al capitán a dos años de cárcel y abrió la puerta a lograr una compensación buscando en el Reino Unido la póliza de mil millones de euros del seguro. Ahora le toca a él y a sus compañeros la compleja tarea de ejecutar una sentencia que no es suya, con cientos de miles de folios de la pieza civil, algunos de ellos sobre la mesa de su despacho de la Audiencia Provincial de A Coruña. Juan Luis Pía (nacido en A Coruña en 1952, aunque se siente de Ortigueira) es un juez afable, con una fina retranca con la que adereza una franqueza inédita en su profesión. De él depende en buena medida que España recupere lo que gastó en la marea negra.

-A los afectados les recomendó acudir a la jurisdicción civil en su sentencia. ¿Cree que fue un error afrontar este asunto por la vía penal?

-Los delitos medioambientales pueden ser intencionales o imprudentes. Y lo de la imprudencia es muy complicado. Imaginemos que el Prestige, en lugar de contaminar tantos kilómetros de costa, afectara solo al Orzán. No creo que en ese caso estuviéramos hablando de un delito medioambiental. Pero el Supremo ha dicho que sí y eso va a misa. Creo que nuestra sentencia era buena, pero ahora toca aplicar la del Supremo con total lealtad. Lo único que no acepta el Supremo es nuestra valoración. Lo demás lo asume.

-¿Cree que primó la responsabilidad de Estado en los magistrados del Supremo?

-Yo creo que a estas alturas el Supremo no está en eso. Incluso nosotros cuando redactamos la sentencia sabíamos que iba a provocar cierto escándalo, que iba a ser criticada. Pero nunca me he parado en esos asuntos. Lo que técnicamente creo es lo que decido. Aunque en estos casos que no son normales todo cambia. Me dijo un notario que este juicio fue uno de los más importantes de la historia de España y es así.

-¿Está de acuerdo con la sentencia del Supremo?

-Sí. Estoy de acuerdo. Tengo que estarlo. No la discuto. Lo que opino sobre el accidente ya lo escribí en mi sentencia.

-¿Y no es ingrato ejecutar una sentencia que no es la suya?

-No. No lo es. Para eso está el Supremo, para corregirnos cuando nos equivocamos.

-¿En qué momento están de la ejecución de la sentencia?

-En las valoraciones de los daños que reclaman los afectados. Hay dos posibilidades: que las partes nos planteen una ejecutiva o que decidamos nosotros las indemnizaciones, lo cual puede producir desacuerdos y no está claro si hay posibilidad de recurso. Yo voy a darles trámite, pero me expongo a que el Supremo los tumbe.

-¿Cómo actuarán contra la aseguradora en Londres para acceder a los 1.000 millones de la póliza?

-Es complejo. Ellos alegan que ya limitaron su responsabilidad con los 22,7 millones de euros que depositaron, y hay alguna norma que lo avala. Hay que entregar ese dinero a los afectados. ¿Pero a quién? ¿Al Estado, que es el que más ha pagado? ¿Se prorratea entre todos? Hay que discutirlo. Calculo que a partir de octubre tendremos las cosas más claras. Los tribunales civiles son más expertos en esto.

-Pero se supone que el Supremo rompe el límite de responsabilidad.

-La aseguradora intentará eludirlo. Creo que la Abogacía del Estado y la Fiscalía estudian presentar una demanda en Londres para ejecutar la sentencia. Pero todo esto puede complicarse con el brexit.

-¿Se va a presentar la demanda?

-Aún no se ha formalizado. Irían con un mandato ejecutorio nuestro. Eso nos ahorraría mucho, pues podría ser más efectivo que una comisión rogatoria. Soy muy escéptico con eso. Se trata de decirle a un tribunal británico que ejecute la sentencia y que nos remita el dinero. Hay que enviarles la documentación y supongo que eso les llevará tiempo. Tenemos que afinar mucho, pues cualquier defecto formal puede estropearlo.

-¿Son compatibles ambos instrumentos?

-Creo que sí. Ni siquiera sería una tarea fácil con una aseguradora aquí. Aunque una vez que nos pongamos lo sacaremos adelante.

-¿Cree que se podrá acceder a los 1.000 millones de la póliza?

-Hay una posibilidad razonable de que se pueda recuperar el dinero del Prestige, pongamos un 80 % de posibilidades.

-¿Y en qué plazos?

-No me atrevo a dar un plazo.

-¿Hay que devolverle la fianza de tres millones de euros de Mangouras a la aseguradora?

-No está claro. Tiene suspendida la condena durante tres años. Mientras ese tiempo no transcurra creo que no. Veremos qué hacemos. Después de tres años se produce la remisión definitiva y ahí sí que hay que devolverles la fianza.

-En esto del «Prestige» hay un componente épico importante. ¿Tuvo alguna relación personal con Mangouras?

-Ninguna. Y si hay algo de epopeya en este asunto fue el papel del capitán quedándose en el barco. Al final hizo un intento de darme la mano, pero no quise. Y no porque tenga algo en su contra. Era un hombre muy mayor. Yo hubiera cogido el primer helicóptero que pasara por allí. Es increíble lo que aguantó. Como los hombres de los remolcadores y los helicópteros.

-¿Alguna vez se sintió presionado por el Estado para evitar una condena a López Sors?

-Jamás. No soy ningún héroe, pero también le digo que no lo hubiera tolerado.

-¿La influencia de la política en los jueces es una leyenda urbana?

-Es mentira, absolutamente. He llevado asuntos complejos como este y jamás tuve ni la más mínima aproximación. Nada de nada. Ni siquiera amigos.

-¿Es mentira que les llaman?

-Sí. No se atreven.

«Asistí a la primera manifestación que se convocó en A Coruña tras el accidente»

Juan Luis Pía describe como algo «penoso» algunas sesiones del juicio, pero celebra la organización y la ausencia de incidentes.

-¿Cree que la sociedad estaba al margen de un juicio tan largo?

-Por supuesto. La sociedad civil juzga más rápido que nosotros y estoy convencido que ya tenía dictada sentencia en este asunto. Lo que pasa es que a veces no coincide con lo que nosotros decimos. Pasados tantos años se diluye el interés. Pero se reproduce con una sentencia como la nuestra que no coincidía con el sentir popular.

-Veo que asume que su sentencia no gustó a la gente.

-Eso parece. Lo de las manifestaciones... Yo soy gallego de toda la vida y creo conocer un poco a mi nación. A mi me da la impresión de que aquí ha habido de todo y quienes lideraban la antorcha de la reclamación del Prestige tenían un tirón importante que luego se diluyó. Las protestas por el fallo duraron poco y no fueron muy intensas.

-Al terminar el juicio dijo que había más implicados que no estaban en el banquillo de los acusados. Fue una declaración extraña en un juez que debía dictar sentencia.

-No me arrepiento de lo que dije.

-¿Fue un buen juicio?

-Eché de menos algunas cosas. No sabemos aún cuál fue la causa del hundimiento o los efectos a largo plazo del vertido.

-¿Cómo vivió los días del accidente? En su sentencia habla de una gestión política «difusa y confusa».

-¿Cómo que si me interesó? Yo fui a la primera manifestación que hubo en A Coruña. No soy mucho de manifestaciones, pero estaba toda A Coruña en la calle. Claro que me interesó. Aquello fue una catástrofe.

-Eso de que un juez vaya a una manifestación quizás se interprete mal.

-¿Por qué? Al principio no eran manifestaciones políticas. Y tengo derecho a manifestarme.

-Y eso que calificó de prudente la decisión de alejar el petrolero.

-López Sors tomó esa decisión perfectamente asesorado. Fue una decisión muy meditada. Y después de oír muchas opiniones creo que fue la correcta. Cualquier otra habría sido peor. Lo que sí detecté con el Prestige fue un funcionamiento totalmente absurdo de la marina mercante a nivel internacional. Entidades privadas que son las que certifican los buques... Yo creo que eso no puede funcionar. Que a estas alturas no se haya cobrado pone en entredicho todo el sistema internacional.