
El precio sube un 5 % sobre el 2015 y el nivel de contratación de personal crece un 2 %
04 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Marisa tiene el establecimiento lleno en agosto. Junio y julio también fueron fenomenal. La suya es la Casa de Aldán, un local de turismo rural que está en la misma ría del concello pontevedrés de Cangas. Como la mayor parte de los 600 locales de este tipo registrados por la Federación Galega de Turismo Rural (Fegatur) empieza a ver luz más allá del mes de agosto tras el túnel que atravesó el sector durante los últimos años. Porque la bonanza que ya vivieron estos locales durante la pasada Semana Santa con ocupaciones del 70 % parece consolidarse este verano. Los primeros datos que maneja el responsable de la federación, Cesáreo Pardal, auguran para agosto una ocupación media de entre el 75 y el 80 %. El porcentaje supone un incremento de al menos un 21 % con respecto al mismo mes del 2015. «Lo hemos pasado bastante mal y no éramos capaces de aguantar, pero desde hace unos dos años ha empezado el repunte», dice.
El empleo
Eso se nota también en el número de contrataciones que ha realizado el sector para atender a la clientela durante la temporada. Suponen un 2 % más que en el 2015, apuntan desde Fegatur, entidad que apunta también un incremento de la tarifa de entre un 3 y un 5 %.
El público que elige el turismo rural como alternativa de alojamiento en Galicia suelen ser familias que buscan algo diferente: paisaje, gastronomía y tranquilidad. Y esos locales también se benefician del bum del turismo extranjero que este año ha marcado un récord histórico en Galicia al llegar a los 538.000 turistas de otros países durante el primer semestre. «Cada vez vienen más -corrobora Marisa- porque el modelo también ha cambiado mucho». La suya es una vivienda grande. Para 25 personas. Ayer no cabía un alfiler. «Hay madrileños, catalanes, vascos, mallorquines, alemanes, británicos, hasta suizos», dice en un minuto que le dejan libre antes de recibir a unos británicos. Marisa suele tener agosto lleno. Por eso, el termómetro para comprobar que la cosa va mejor fueron junio y julio. «Los vuelos de Ryanair a Vigo han tenido mucho peso en el cambio de modelo que estamos percibiendo», dice.
Eso y, como dice Cesáreo Pardal, la promoción de esta alternativa de hospedaje en ferias como la madrileña Fitur, la de Turismo de Londres o la de Berlín han dado un impulso al turismo rural. Pero algo muy importante que no hay que olvidar, como añade también el responsable de la federación, es el haber aprendido a reinventarse: «El trato personalizado es muy importante y además aquellas que ofrecen actividades alternativas, como el turismo mariñeiro o deporte, tienen mucho más tirón».
En Casa de Aldán, por ejemplo, han organizado los martes de agosto un concierto de música clásica en el patio. No solo es una actividad abierta a los huéspedes, también a todo el que quiera ir. Eso es un ejemplo de cómo las alternativas para reinventarse abarcan de todo.
La cercanía al Camino de Santiago también es un punto a favor de las casas que están en el entorno de las diferentes rutas que conducen a Compostela. «La ocupación en las que están cerca del Camino francés es de un 100 % y en el portugués, entre un 75 y un 80 %», dicen desde Fegatur.
Pero no son solo peregrinos los que se hospedan en ellas. Por ejemplo, en Casa do Cruceiro, un local que está a 300 metros de la vía portuguesa y a ocho kilómetros de Compostela hay mucho turista extranjero. «Hace años que es ese tipo de turismo el que viene en verano. Son ingleses, canadienses, de Irlanda, Australia. Pero no son peregrinos, son turistas que vienen a pasar una semana», dicen desde este establecimiento. En su caso, en verano están llenos. En invierno notan un repunte en alquiler de casa entera, pero no cuando hablan de habitaciones.
Más allá de alegrarse por los buenos datos, Fegatur quiere hacer un llamamiento a la Administración. Piden un mayor control sobre los alojamientos que están «alegales en la comunidad». El colectivo no hace referencia a las alternativas como Airbnb: «Hablamos de personas que alquilan casas que no cumplen las condiciones marcadas por Turismo. Podemos estar hablando de otras 600», dicen desde la federación. Y en este sentido ponen como ejemplo los que salen al Camino a ofrecer habitaciones de casas particulares para alquilar. Justo ahí es donde quieren que la Administración ponga un poco de control.
Turistas que iban a la Bretaña o a la Costa Azul vienen ahora aquí
El atentado de Niza del mes pasado o los ataques terroristas que está sufriendo Francia en los últimos meses parecen haber desviado a Galicia a muchos turistas galos que antes veraneaban en la Costa Azul o en Bretaña. Es algo que aprecia la propietaria de Casa de Aldán, quien constata un incremento del número de turistas franceses que llaman a la puerta de su casa y de sus apartamentos junto a la ría. Tanto el parecido con la costa de Bretaña como la gastronomía son dos atractivos para ese tipo de viajero. El tiempo de estancia suele ser de unos ocho días.