Gonzalo Caballero tensiona la lista de Pontevedra

j.f. VIGO / LA VOZ

GALICIA

VÍTOR MEJUTO

Abel Caballero intenta evitar que su sobrino pueda ser elegido diputado, mientras que Leiceaga presiona para encontrarle encaje, después de que su apoyo fuera crucial para que superara a Méndez Romeu

23 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El rosario de diputados que se excluyen de las listas de octubre, porque no van a figurar en ellas, sigue creciendo mientras avanzan las noticias de la renovación que quiere imponer el candidato Leiceaga. Ayer fueron Manel Gallego y González Santín, el día anterior Sánchez Bugallo, un poco antes Carmen Gallego. El primero de todos, Méndez Romeu, cuya derrota los colocó a todos a los pies de los caballos.

Hasta que las listas sean oficiales nada es seguro, pero todo indica que el proceso puede avanzar en el sentido deseado por Leiceaga con la excepción de Pontevedra. Aquí existe un barón con peso, Abel Caballero, que desea dos cosas: mantener en la cabeza de cartel a uno de los suyos (Abel Losada) y evitar que uno de los otros (Gonzalo Caballero, en el plano familiar, sobrino de Abel) pueda ser elegido diputado, algo que daría alas al pequeño sector crítico local.

La solución a este rompecabezas pudieron abordarla el pasado jueves Leiceaga y Caballero en su primera reunión, pero el alcalde no quiso entrar en detalles. Dejó claro que quiere el primer puesto para Losada y, salvo ese crucial detalle, rechazó hablar de nada más.

El regidor cuenta con que el comité provincial, que dirige el vigués Santos Héctor Rodríguez (de los suyos), alumbre una lista a su gusto y que su influencia en Madrid como principal alcalde socialista haga el resto.

Del lado contrario, el sector de Leiceaga presiona para encontrar encaje a Gonzalo Caballero, cuyo aporte fue crucial para que superara a Méndez Romeu y se convirtiera en candidato. Por tanto, una recompensa parece obligada y de momento Leiceaga no puede ofrecer más que un escaño.

En resumen, que el segundo pulso Caballero-Leiceaga (en el primero perdió Romeu, y por ende el alcalde vigués) está desarrollándose en estos momentos. Caballero cuenta con el aval de sus triunfos electorales e institucionales (preside la FEMP y en el plazo de unos meses el primer Área Metropolitana de Galicia), mientras que en el plano interno las cosas no le van tan bien. Intentó aglutinar el partido en vísperas de las primarias en una gira gallega de la que ni mucho menos salió triunfante. Si ahora su rival local se convierte en diputado, el problema interno se le habrá multiplicado.