Uno de los indigentes esclavizados en A Coruña: «Me apuntó con una pistola, si no le llamaba papá me pegaba y me obligaba a trabajar sin parar»

Emiliano Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

ATLAS

Ha comenzado el juicio contra dos matrimonios por sus acciones contra seis mendigos

15 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El jueves se inició el juicio en la Audiencia Provincial de A Coruña contra los cuatro acusados, dos matrimonios, por esclavizar a seis indigentes en dos asentamientos chabolistas, en la conservera Celta y en una localidad de Culleredo. Dos de ellos ya fallecieron y sus declaraciones están grabadas.

Las exposiciones de dos de los supuestos secuestrados, de avanzada edad y con limitaciones psíquicas y físicas, perfil que buscaban los procesados, puso la piel de gallina al público de la sala. «Joaquín -uno de los acusados- me puso una pistola en el pecho sin saber por qué. Luego disparó contra dos cajas para intimidarme», contó R. M. L.

Este hombre contó que en el 2011 estaba mendigando por Cuatro Caminos cuando se le acercó una furgoneta y el conductor le dijo si quería ir con él. «Creí que me ofrecía un trabajo y acepté», dijo. Cuando llegó al asentamiento le cortaron el pelo y la barba, «y después ya Joaquín me agarró por la espalda y André -primo del primero y acusado- comenzó a pegarme y me cogió la cartilla de la caja de ahorros y me exigió el pin». Fueron a una sucursal de la entidad, en Orillamar, le hicieron firmar un cheque «y se quedaron con el dinero».

También contó R. M. L que desde el primer día «tenía que llamar papá a Joaquín y si no lo hacía me pegaba». Durante su estancia en el poblado «tenía que trabajar todo el día, recogiendo incluso mierda, y no podía descansar, si no me daban una paliza». Los primeros días tenía que dormir en la cabina de un camión, «luego me llevaron a un galpón, ni teníamos váteres y la ducha era de agua fría».

El hombre logró huir, «pero me cazaron, me metieron en un coche y al llegar al poblado me pegaron. Y desde ese momento me encerraban bajo llave por las noches e incluso de día».

Secuestrado en San Andrés

A J. Ch. P., vecino de Malpica, le invitaron a trabajar con ellos en las ferias durante las fiestas de la localidad en el 2011, cuando vivía en su propia casa y cobraba 360 euros de pensión. Cuando iba a cobrar le tenía que dar la mayor parte, «me dejaban 50 euros para tabaco y café». Tenía que trabajar en de todo. Recordó las palizas que le daban, «porque no les gustaba cómo hacía mi trabajo». Tuvo que acudir al hospital con una brecha en la cabeza. Un buen día lo encontró el 092 coruñés y lo liberó, «pero ellos vinieron a buscarme a Malpica». En su segunda etapa en el asentamiento «iba a mendigar porque prefería no estar cerca para que no me pegasen y lo que recaudaba se lo tenía que dar».

También declaró un testigo cuya hija había ayudado a uno de los secuestrados fallecidos. La víctima le contó que le habían recogido dos hombres cuando dormía en un portal de San Andrés, lo metieron en una camioneta y lo llevaron al poblado. Fue este hombre, cuando acudió a la Cruz Roja a por un papel obligado por Joaquín «para hacerse con su pensión», el que descubrió la trama al contarle a una asistenta lo que estaba ocurriendo. Los acusados lo niegan todo y dicen «que dieron cobijo a gente que dormía en la calle». El fiscal pide para ellos 80 años de cárcel. Uno de ellos está defendido por Marcos García Montes, conocido como el abogado de los famosos.

De los 6 indigentes esclavizados, dos han fallecido, pero sus declaraciones están grabadas