Quejas en pruebas de A Coruña, que Educación reduce a dos escritos, «no recursos formales»

Laura García del Valle
laura g. del valle REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

ALBERTO LÓPEZ

Disconformes, mantienen que una de las preguntas del examen no se ajustaba a lo que en la convocatoria explican que pueden preguntar

09 jul 2016 . Actualizado a las 16:52 h.

Muchos aspirantes a las más de 1.000 plazas que oferta este año Educación ya disfrutan de las mieles de, por lo menos, haber pasado la primera criba. Sin embargo, otros tantos llevan más de dos semanas esperando a ser convocados para leer su examen. Una larga espera en la que se ven inmersos, entre otros, aquellos que se presentaron a tribunales de la especialidad de Biología en Lugo. Son precisamente los tribunales los que marcan las pautas y el tiempo a la hora de llamar a los opositores para leer su prueba escrita -un paso hasta ahora voluntario-, que va en función del número de alumnos a los que se enfrentan. No obstante, examinarse en uno u otro tribunal conlleva más diferencias que, cuestión de azar, pueden suponer un punto de inflexión. Así, según explican en la Academia Nós de A Coruña, a tenor de los comentarios que han escuchado estos días de exámenes, las pruebas de de Vigo o Lugo fueron «más rebuscados» que las de A Coruña. Una situación que lejos de parecer ventajosa, puede perjudicar a los más preparados.

Varias han sido las quejas que han sonado con fuerza, aunque a la Consellería de Educación solo han llegado dos escritos, «no recursos formales». Tal es el caso de varios opositores que aspiran a un puesto como profesores de Educación Física de Secundaria que se examinaron en un tribunal de A Coruña. Disconformes, mantienen que una de las preguntas del examen no se ajustaba a lo que en la convocatoria explican que pueden preguntar. Estos escritos han sido remitidos al tribunal para su conocimiento.

Falta de previsión

Otra de las quejas que más eco ha tenido es la de un grupo de opositores de Educación Infantil, también de A Coruña, que, posiblemente por una falta de previsión del número de examinados, tuvieron que realizar la mitad de la prueba en un pasillo y la otra mitad en un aula que consiguieron que les habilitaran.

Luis Veiga era el tercer año que se presentaba -primero a las de Primaria y los dos años siguientes a las de Educación Física-. Este joven asegura que en su tribunal también hubo quejas, aunque más por cuestiones de logística. Asegura que estos exámenes «son muy serios, nos jugamos mucho». Y que, por ello, no puede permitirse, como le sucedió, «que habiliten recintos donde es imposible aparcar» o que «estén rodeados de bullicio».