Los narcos buscan las Rías Altas

Cristina Viu Gomila
Cristina Viu CARBALLO / LA VOZ

GALICIA

José Manuel Casal

La planeadora que apareció volcada cerca de Corme se utilizó para descargar droga en Camariñas

15 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Este martes no se hablaba de otra cosa en Arou, la localidad de Camariñas en la que durante la madrugada del domingo se desembarcó un importante alijo de droga. La única constancia de ese hecho es la enorme planeadora, de 18 metros de eslora que apareció flotando con la quilla al sol en las inmediaciones del pequeño embarcadero de Santa Mariña, en Ponteceso.

Para los organizadores la pérdida ha sido importante. Es asumible perder la embarcación tras un desembarco, pero no con cinco motores de 300 caballos cada uno de ellos y un valor aproximado de 100.000 euros. Más grave puede ser que en la embarcación quedaran todos los aparatos de navegación, que pueden ser muy esclarecedores para los investigadores, inmersos ahora en el análisis de los datos o en la recuperación de posibles huellas.

Se sabe que estuvo en Arou la planeadora y que acabó en la costa pontecesana, pero poco más por el momento.

La Costa da Morte se ha convertido en los últimos tiempos en un destino «tranquilo» para narcotraficantes de distintos puntos. El clan local, en el los Lulús de Muxía, ha utilizado en varias ocasiones la zona, como lo prueban los desembarcos interrumpidos por la Guardia Civil o por simple accidente. Pero la comarca está siendo utilizada por otros grupos. También en Ponteceso, David Pérez Lago, hijastro de Laureano Oubiña, intentó una descarga en Corme, muy cerca del lugar donde el domingo apareció la planeadora.

Asimismo, Rafael Bugallo, de Cambados, vio las posibilidades de la Costa da Morte y a mediados del 2014 alquiló una nave en el antiguo astillero Roseva, en la ría de Cabana, precisamente junto a Ponteceso. Allí preparó durante meses una planeadora con sumo cuidado. Trataba de camuflarla bajo la apariencia de un pesquero, del tipo habitual en la zona, lo que indica que había intención de trabajar en la zona sin despertar sospechas. La presencia de una planeadora, sobre todo de una de 18 metros, es muy llamativa. De hecho, el domingo, en Santa Mariña, decenas de marineros y vecinos de Corme identificaron al momento el tipo de embarcación y su finalidad.

Acudieron al pequeño puerto decenas de personas, que pasaron buena parte de la tarde contemplando las operaciones de los agentes de la Guardia Civil, desde las evoluciones de los buceadores que inspeccionaron la lancha volcada todavía en el agua, hasta la labor de los perros adiestrados, que inspeccionaron cada una de las casetas de los armadores, más de veinte, pero enseguida se puso de manifiesto que la descarga no había ocurrido allí.

Discreción

Entre las hipótesis que se barajan está que la ensenada hubiera sido elegida a propósito porque es discreta y tiene una rampa que permitiría recuperar la embarcación, aunque trasladarla por carretera hubiese sido muy arriesgado. Lo habitual en estos casos es cargar los motores y los aparatos en un vehículo y hacer desaparecer la lancha, probablemente quemándola. Otra posibilidad es que la pequeña rada no fuera el destino final, pero eso pronto lo sabrán los investigadores porque, probablemente, el rumbo habrá quedado grabado.

Los buceadores de la Guardia Civil también buscaron al piloto de la planeadora, que debió ser capaz de ponerse a salvo tras el accidente. El operativo iniciado el domingo, con el apoyo incluso de un helicóptero, continuó el lunes, sobre todo por las dificultades para recuperar la enorme lancha, que está ahora en el muelle de Oza, en A Coruña, el mismo lugar al que fue a parar el falso pesquero obra del grupo que lidera Rafael Bugallo. En ambos casos, las lanchas llegaron por mar debido a sus grandes dimensiones.

Puntos negros entre Camariñas y Muxía, y en la costa de Ponteceso

Al margen de las descargas interceptadas, que no han sido muchas, en la zona es bastante habitual la aparición de fardos de droga, producto de desembarcos fallidos o accidentes como el del domingo. La mayor parte de la droga recuperada, incluso en las redes de pesqueros de la zona, lo fue entre Camariñas y Muxía. Hasta el momento ese había sido el principal punto negro para los alijos en la Costa da Morte. Así fue hasta que Pérez Lago se fijo en A Barda, un pequeña cala de Corme, donde se le aprehendieron 2.000 kilos de droga en el 2006. El camuflaje de una embarcación en Cabana de Bergantiños, que no llegó a ser estrenada, hace dos años hace pensar en que existe un factor local, un apoyo que conoce las posibilidades de la zona para grandes alijos.