El cadáver hallado en una playa es el de un homicida condenado a 40 años

n. silvosa, e. silveira A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

La Audiencia de Ourense lo juzgó en 1995 por un atraco en el que mató a un hombre

04 jun 2016 . Actualizado a las 11:35 h.

Saltaron todas las alarmas cuando el pasado 24 de mayo un bañista recuperó el cuerpo de un hombre que apareció flotando semidesnudo y sin signos de violencia en la ría de O Burgo en A Coruña. Ahora La Voz ha podido saber que ese cadáver, que responde a las iniciales M.M.M., es el de un condenado por robo y homicidio sobre el que recayó una condena que asciende a los 40 años de prisión.

Los hechos, que en su día fueron reconocidos por él mismo ante la Audiencia Provincial de Ourense, ocurrieron el 8 de octubre del año 1993. Fue entonces cuando él y otro hombre (M. V.) entraron armados con una escopeta y un cuchillo a las instalaciones del desaparecido almacén de Coloniales Cruz, que se situaba en la carretera ourensana de Vigo y donde había trabajado uno de los atracadores que le acompañaban. Su condición de exempleado le hacía conocedor de que a última hora de la jornada solían contarse grandes sumas de dinero. Una vez dentro los asaltantes, que llevaban los rostros cubiertos por un pasamontañas, obligaron a los seis trabajadores del almacén a tirarse al suelo para después inmovilizarles y cubrirles la cabeza con bolsas de basura. Mientras su secuaz vigilaba a los empleados, M. M. M. -que era quien portaba la escopeta- accedió a otra dependencia en la que se encontraban tres viajantes.

Contó hasta tres para disparar

Tras requerirles el dinero, amenazó con disparar y, como detalló el tribunal durante el juicio que tuvo lugar en 1995, «dijo que iba a contar hasta tres, como así hizo efectivamente, y al concluir disparó, tras lo cual no mostró síntoma de conmoción o nerviosismo, pese a observar que su disparo impactó en el rostro de uno de ellos». Una empleada del almacén cuya presencia había pasado desapercibida para los asaltantes fue quien logró alertar a la policía. Su llegada permitió que dos de los rehenes le viesen la cara al sacarse el pasamontañas.

Sin embargo los agentes no lograron impedir que se fugase, por lo que no sería detenido hasta el cuatro de noviembre. Ese día, tras un tiroteo con la policía y después de haber arrojado a unas zarzas la escopeta y una pistola que le había robado a uno de los agentes, se le intervino en el domicilio el mono azul y las zapatillas con las que se había disfrazado para cometer el atraco.

Durante la vista oral, el protagonista de esta historia terminó reconociéndolo todo. Declaró que su intención no era matar, pero una vez que se produjo el hecho, decidió utilizarlo para amedrentar a sus rehenes y que le entregasen el dinero lo antes posible. «Cuando entré solo pensaba en robar, nada más», aseguró al tribunal el entonces acusado. El segundo procesado negó su participación en los hechos y alegó que, de haber asaltado el almacén, le habrían reconocido sus empleados del mismo modo que lo habían hecho con su cómplice.

Condena por dos delitos

Pero su declaración se quedó en papel mojado. La sala fijó las penas para él en 26 años, ocho meses y un día por el robo; seis años y un día por la tenencia de armas y cinco días por una falta de malos tratos. Por otro lado, la condena de M.M.M. ascendió a los 40 años de cárcel: Treinta por un delito de robo con homicidio y toma de rehenes y otros diez por un segundo delito de tenencia ilícita de armas. Entre los dos procesados suman un total de 66 años de cárcel.

Se benefició del fin de la doctrina Parot y sumaba otros 48 meses por diversos delitos

Si el preso logró salir de la cárcel fue gracias a la anulación de doctrina Parot, de la que trascendió un listado de reos que se acogieron a la misma en el pasado 2013. M. M. M. acumulaba en realidad un total de 44 años y 23 días de condena. El delito de robo con homicidio por el que la Audiencia de Ourense le condenó a treinta años y el de tenencia ilícita de armas por el que se le impusieron otros diez no han sido los únicos que figuraban en su historial en el mencionado listado.

Además, el hombre cuyo cuerpo apareció semidesnudo e indocumentado en A Coruña el pasado 24 de mayo había cometido por aquel entonces dos faltas de hurto, otros dos robos y dos delitos más de lesiones. Según apuntan fuentes próximas al suceso, sobre M.M.M. se cernía también una orden de búsqueda y captura en el momento de su muerte, cuyas circunstancias aún no han sido aclaradas. Nadie interpuso denuncia por su desaparición, lo que dificultó su identificación.