Armados para la «batalla perdida» contra la velutina

María Santalla REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

EDUARDO PEREZ

La Xunta, apicultores y servicios de emergencias se unen para tratar, al menos, de frenar el avance de la avispa invasora

19 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La guerra está perdida. La velutina se ha instalado en Galicia y no va a desaparecer. Pese a ello, Xunta, apicultores y servicios de emergencias se arman y se preparan para tratar de dar la única batalla que se puede dar ya, la de frenar su avance. El miércoles, 31 ayuntamientos coruñeses recibieron en la delegación de la Xunta 62 trajes específicos para enfrentarse a la avispa invasora. Además, representantes de los servicios de emergencias de estos municipios participaron en una jornada de formación sobre esta especie. La semana pasada fueron las agrupaciones de bomberos y Protección Civil de la provincia de Pontevedra las que recibieron un curso similar, y próximamente lo harán las de Lugo.

Carlos Cid, jefe de Sanidade Animal de la Xunta, fue el encargado de dibujar la realidad nada más comenzar la jornada: la velutina, dice, «veu para quedarse, vai ser practicamente imposible eliminala e o que hai que tratar é de que non dea problemas», dice.

En principio, para la población no supone un riesgo más grave que las avispas habituales en Galicia. «Es un insecto muy tranquilo, y hay pocos casos de ataques», explica Juan Luis López, de la empresa Tragsatec, quien afirma que «con el traje puesto y sin hacer aspavientos no debe haber problema». Ataca, eso sí, cuando ve su nido amenazado, y en este caso, como suelen desplazarse en grupo, no son infrecuentes las picaduras múltiples. Por tanto, entre las normas básicas sobre las que se insiste a los profesionales de emergencias figura la de no acercarse a menos de cinco metros de un nido sin traje de protección, un traje, por cierto, que debe ser más grueso que el que utilizan habitualmente los apicultores. Por eso, también, entre los colectivos de riesgo figuran los madereros, porque los nidos suelen estar altos en las copas, muchas veces no se ven, y si se manipula el árbol las avispas pueden atacar.

Para el ecosistema la expansión de la velutina puede representar problemas serios, puesto que depreda a otros insectos, sobre todo abejas, cuyas poblaciones disminuyen. Esto, a su vez, puede tener efectos sobre la polinización, puesto que esos insectos son los encargados de garantizarla. Se ha detectado ya, además, un desplazamiento de la avispa autóctona, la crabro, que antes de la llegada de la especie asiática estaba fundamentalmente en entornos silvestres y «agora vémola con máis frecuencia», afirma Carlos Cid.

El combate contra la velutina se libra, por el momento, tratando de capturar a las reinas y también desactivando sus nidos. Precisamente durante estas semanas se está desarrollando una campaña de trampeo masivo porque las reinas están despertando, comenzando a crear su nido primario y a poner los huevos que darán lugar a la colonia. Este es el mejor momento para capturar las reinas, porque todavía salen del nido y porque este es aún pequeño y accesible. En cuanto las poblaciones comiencen a crecer, el grupo se trasladará y elegirá, con toda probabilidad, un lugar situado a gran altura. Así que se está actuando con trampas, consistentes en un recipiente y un líquido atrayente. El problema es que por ahora estos cebos no discriminan y acaban también con otros insectos. Este es, precisamente, otro de los retos: lograr trampas específicas.