EU y Podemos se alían en el cerco a Beiras

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

ANGEL MANSO

El líder de Anova está perdiendo el pulso para convertir En Marea en un partido con grupo parlamentario

08 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Una de las cosas más relevantes que se produjo en el espacio que ocupa En Marea, la coalición integrada por Anova, Podemos y Esquerda Unida, es el intento de arrinconar al verdadero padre político de la criatura. Xosé Manuel Beiras no solo fue desautorizado como potencial candidato a la presidencia de la Xunta por quien había sido su número dos en AGE, Yolanda Díaz, sino que su empeño en patrocinar una organización que actúe en clave gallega, con un grupo parlamentario autónomo, está haciendo aguas ante quienes trabajan para que En Marea se convierta en una sucursal de Podemos.

Lo más llamativo de la operación de cerco a Beiras es que la lidere una persona que probablemente nunca llegaría a ser diputada autonómica de no haber tenido el apoyo del veterano dirigente nacionalista. El propio Beiras confesó en una ocasión que, al negociar las listas de AGE, en el 2012, intentaron desplazar su nombre de provincia para dejarle el hueco de A Coruña a Yolanda Díaz. «¿E se só sacamos un?», objetaban desde EU. Al final obtuvieron cuatro escaños en la provincia, algo con lo que nunca habían soñado en EU.

Tras el exitoso debut de AGE, Yolanda Díaz vivió durante meses enganchada del brazo de Beiras, aplaudiendo sus intervenciones, elogiando incluso sus desaciertos. Pero aquel maridaje del nacionalismo y el comunismo empezó a mudar a partir de la crisis de descomposición de AGE y del nacimiento de Podemos, en el 2014. Díaz cambió de inmediato el ganchete de Beiras por el de Pablo Iglesias, giró la mirada hacia la cocina política madrileña y los platós de televisión, así que, de la noche a la mañana, entró por la chimenea en la lista de En Marea al Congreso sin someterse -falta de tiempo, alegaron- al correspondiente proceso de primarias que superaron los candidatos de Anova y Podemos. La repetición de las generales en junio sí brindaría ahora el tiempo que antes no hubo, y por eso la nueva secretaria general de Podemos Galicia, Carmen Santos, se apunta a la petición de primarias. Pero si por algo va a pelear Yolanda Díaz es por no someterse a este trance.

Es más, En Marea es para Díaz una plataforma política superada, que no conviene reeditar. Lo dijo ella misma al descolgarse de la coalición para abrazar la llamada Mareas en Común, el espacio impulsado por el entorno del alcalde de A Coruña, Xulio Ferreiro, para diluir la capacidad de decisión de Anova en todo este proceso, es decir, para mantener a raya a Beiras y al alcalde de Santiago, Martiño Noriega.

El marcaje sobre el beirismo de Díaz, la Marea Atlántica y parte de Podemos tiene un doble objetivo. De un lado, impedir que En Marea se constituya como grupo propio en el Congreso, condición impuesta por exmilitantes del BNG y de Compromiso, así como de Cerna, para entrar en esta plataforma. Del otro, se intenta desplazar a Anova de las maniobras para escoger el candidato a la presidencia de la Xunta, pues están convencidos de que su apuesta sigue siendo Noriega. En los próximos días se intensificarán las reuniones de los diferentes foros, espacios y plataformas para librar esta batalla en el seno de En Marea. Este domingo se reúne el Foro Galego, creado por el alcalde de Vimianzo y al que se sienten próximos personas como el exdiputado Carlos Aymerich, que están dispuestas a abrazar En Marea con decenas de militantes, pero siempre y cuando sea para crear una «candidatura unitaria de perspectiva galega», pero que no dependa «de ningunha estratexia foránea». De cara a la repetición de las generales, va a ser difícil que En Marea se libre del estigma del sucursalismo, pues ni siquiera intentó crear un grupo parlamentario propio, como hizo Compromís. Ahora bien, no hay que perder de vista que a Anova siempre le queda un recurso: el del zapatazo de Beiras, que como líder simbólico de este espacio tiene también la capacidad para cambiar el rumbo de las cosas.