La Xunta amplía hasta 4 millones el fondo para ayudas al remate de casas, pero ya asume que será insuficiente

Serafín Lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Oscar Vázquez

Tres millones se destinarán a edificaciones que sean primera vivienda y 500.000 euros a las que estén en ámbitos históricos o en rutas del Camino de Santiago

28 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La apuesta del Ejecutivo de Feijoo para que la nueva Lei do Solo trascienda del papel, también en la parte que obliga a los alcaldes a instar a los propietarios de viviendas sin rematar a que acometan las obras necesarias, llega acompañada de un refuerzo de la línea de ayudas económicas orientada a los núcleos rurales. En concreto, el Instituto Galego de Vivenda dispondrá este año de un fondo de 4 millones: 3,5 para las edificaciones que sean primera vivienda y 500.000 euros para las que estén en ámbitos históricos o en rutas del Camino de Santiago. La Xunta, que reunió el miércoles a 90 técnicos municipales para aclarar sus dudas sobre el nuevo marco normativo, cuadruplica así los recursos que dedicó en el 2015 a este programa (1,13 millones), pero admite que «a dotación orzamentaria prevista non é suficiente para atender todas as posibles solicitudes».

Por eso justifica la necesidad de fijar un punto de corte, que sitúa en la fecha de obtención de la calificación definitiva para poder solicitar la ayuda. Así, tendrán prioridad en el acceso los propietarios de las viviendas que recibieran antes esa calificación. Según la resolución por la que se convocan las ayudas, que se publicó en el DOG este miércoles, el plazo para solicitarlas será de un mes.

Un máximo de 6.600 euros

La idea de incentivar con subvenciones el cumplimiento de la ley no es nueva. El Gobierno de Feijoo la retomó el año pasado, tras aparcar su convocatoria en el 2011, 2012 y 2014, «debido ás restricións orzamentarias dos últimos anos». Pero su puesta en marcha se remonta al bipartito. En el 2006, los alcaldes hicieron oídos sordos ante una circular en la que Urbanismo les pidió que dictaran órdenes de ejecución de las obras para rematar las casas. Entonces, la antigua Consellería de Vivenda creó las ayudas. Con escaso recorrido. En cuatro años solo 764 personas las pidieron y únicamente 196 acreditaron cumplir los requisitos para recibirlas. El pinchazo del programa destapó que la mayoría de las viviendas carecían de licencia municipal. Ahora, la Xunta fija un tope para la ayuda del 50 % del presupuesto de la obra, hasta un máximo de 6.600 euros para las de remate de fachada y rehabilitación.