Galicia acogerá en semanas a un mínimo de entre 15 y 20 refugiados

M. Cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

ALEXANDROS AVRAMIDIS | Reuters

La Cruz Roja busca tres o cuatro pisos en la comunidad para alojar a los desplazados

26 abr 2016 . Actualizado a las 19:52 h.

Galicia, por fin, acogerá a personas que huyen de la guerra, la represión y la violación de derechos en sus países de origen. Según fuentes conocedoras de la operación, «ya, en cuestión de semanas», el Gobierno central enviará a la comunidad autónoma a un mínimo de entre 15 y 20 refugiados de los 567 que el jueves pasado se comprometió a trasladar desde campamentos temporales ubicados en el Mediterráneo: en primer término, 150 procedentes de Grecia y 32 de Italia; después, 385 llegados de Turquía.

Oficialmente, al menos de momento, esas reubicaciones de desplazados no constan a la Xunta. Salvo por cortesía entre instituciones, tampoco tendrían por qué hacerlo. Porque el Ejecutivo español, como en el caso de las 18 recolocaciones realizadas a finales del 2015 en Bilbao, Madrid, Getafe, Logroño y Valladolid, recurrirá a oenegés para canalizarlas, no a la Administración autonómica.

En el caso gallego, la Secretaría General de Inmigración y Emigración se las confiará a la Cruz Roja, organización cuyos responsables declinan confirmar la noticia por ahora. No obstante, sin conocer todavía las edades, los sexos ni las nacionalidades de los futuros inquilinos, ya están buscando en varios puntos de Galicia tres o cuatro pisos donde, bajo el sistema de tutela, dar acomodo a los asilados que llegarán a lo largo de mayo o junio.

Cuando arriben a su destino, salvo cambio de planes, entrarán en un programa de año y medio de duración diseñado por el Gobierno. Constará de dos fases. Durante la primera recibirán consejos legales, formación, atención psicológica, ayuda económica directa para afrontar gastos personales y asesoramiento acerca de sus competencias laborales. Concluido dicho período, en unos seis meses, comenzará la etapa de búsqueda activa de empleo y residencia.

Se trata de un itinerario vital parecido al ofrecido a los, hasta la fecha, únicos refugiados acogidos por España: 17 eritreos y un sirio de un cupo de 16.231 pactado en septiembre, a dos años vista, con la Comisión Europea. Todos ellos salidos de centros en Italia, doce aterrizaron en Barajas el 8 de noviembre y seis el 22 de diciembre. «Los procesos a veces van más lentos de lo que todos deseamos», intentó justificar el exiguo goteo hace cinco días el ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz.

Esa tardanza en la gestión de la crisis por parte de los socios de la UE exaspera a la sociedad civil. De hecho, solamente un 13,2 % de los gallegos consideran buena o muy buena la respuesta que la Unión está dando al drama de los desplazados. Y, de acuerdo con una encuesta elaborada por Sondaxe para La Voz en abril, apenas 8 de cada 50 respaldan el acuerdo alcanzado con las autoridades turcas para las devoluciones de refugiados.

Fue esa presión ciudadana en favor de la ayuda a los pueblos sirio y eritreo, entre otros, lo que a finales del verano pasado llevó a la Xunta y a la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp) a ofrecerse formalmente al Gabinete Rajoy para alojar en diversos inmuebles de la comunidad a un mínimo de 1.198 huidos de la guerra. Ninguna de esas plazas, sin embargo, ha sido requerida hasta el momento. Y no está previsto que sean utilizadas para dar cobijo a los entre 15 y 20 asilados esperados para las próximas semanas.