El Colegio de Médicos de A Coruña reconoce a este especialista con su medalla de oro y brillantes
24 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El catedrático de neurología y director del área de neurociencias del área sanitaria de Santiago, José Castillo Sánchez, recibirá la medalla de oro y brillantes del Colegio Oficial de Médicos de A Coruña, que acordó por unanimidad conceder este reconocimiento «a uno de los más insignes especialistas en la historia de la neurología española».
-Mañana presenta en Santiago un proyecto europeo sobre alzhéimer, ¿qué supondrá?
-El objetivo de este proyecto europeo, que coordinamos, es adelantar cinco años el diagnóstico de la enfermedad. Cuando se diagnostica el alzhéimer, aproximadamente el 70 % de las neuronas ya están afectadas, por lo que las posibilidades de tratamiento son escasas, porque solo trabajamos sobre el 30 % restante. Lo que pretende el proyecto es, con técnicas de nanotecnología, adelantar el tratamiento cuando a lo mejor solo estén afectadas el 30 % de las neuronas.
-Otro de sus grandes campos de investigación es el ictus, ¿se ha avanzado mucho?
-En el ictus el cambio que ha habido en los últimos años es espectacular. No hace mucho era una enfermedad intratable, llegaba un paciente, se le cuidaba y se dejaba a su evolución. Después llegó la trombolisis intravenosa, lo que significó un cambio cualitativo y una mejoría para los pacientes, porque el 40 % respondían a este tratamiento; y posteriormente el intervencionismo, que supone un 10 % más de mejora en pacientes que no responden a la trombolisis. Se pasó de no hacer nada a que un 60 % de los enfermos que llegan en hora se puedan beneficiar del tratamiento. Hoy el ictus es una emergencia médica tratable, y hace no mucho era una desgracia.
-Dice el acta del colegio que iba para biólogo y acabó médico.
-Es un acta que me abruma, algo que pasa cuando el panegírico lo hacen amigos. Quería estudiar biología y el único sitio en donde la había era Navarra. Pero eran otras épocas, una situación política muy distinta y yo era, y sigo siendo, una persona inconformista. Me metí en unos cuantos jaleos con resultado catastrófico, mi padre me dijo que tenía que volver a Santiago, y aquí lo más parecido era medicina. Por decisiones del destino y de la política me vi condicionado a pasar de la biología a la medicina, y nunca me he arrepentido.
-¿Cómo se toma un reconocimiento que viene de compañeros?
-Siempre he estado rodeado de gente que ha trabajado mucho, y a veces uno tiene la fortuna de colocarse las medallas de compañeros que trabajan. He tenido demasiados reconocimientos para lo que en realidad he hecho.