La falta de relevo lleva a la desaparición de 3.000 microempresas cada año en Galicia

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Pilar Canicoba

Hay 54.000 negocios regentados por mayores de 60 años en riesgo de cierre por jubilación

24 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Manuel se jubiló tarde, a los 72 años, porque se resistía a abandonar la pequeña empresa de carpintería de muebles de cocina que le ha permitido mandar a los hijos a la universidad y vivir holgadamente durante más de 50 años. Ninguno de sus herederos quiso seguir el negocio, y aquel pequeño taller que montó cientos de cocinas en Vigo hoy ya es historia.

El año pasado, en Galicia se jubilaron 5.380 afiliados al RETA (Régimen Espacial de Trabajadores Autónomos). De ellos, el 60?%, es decir, más de 3.000, según estimaciones de UPTA (Unión Profesional de Trabajadores Autónomos) echaron el cierre a sus empresas, en muchos casos rentables y bien asentadas en el mercado, por carecer de relevo para su continuidad. Ocurre en toda España, pero el factor edad juega especialmente en contra en el caso de Galicia.

La Federación de Organizaciones de Profesionales, Autónomos y Emprendedores, tomando como base datos de la Seguridad Social a diciembre del 2015, concluye que en España 7 de cada 10 autónomos personas físicas superan los 40 años, y solamente 3 se encuentran en la franja de edad que va desde los 16 y los 39 años. En Galicia, comunidad muy envejecida, la situación es peor: solo el 26 % de los autoempleados es menor de 40 años y, lo más preocupante, la cuarta parte del colectivo afiliado al RETA (suma 216.082 altas, al cierre del mes de marzo) tiene más de 60.

Esto quiere decir que en los próximos 5 años casi 54.000 autónomos gallegos se jubilarán, y con ellos se acabarán gran parte de estos negocios, ya que la mayoría no tienen ni empleados ni sucesores.

Hasta ahora, la única vía de continuidad que se han planteado la mayoría de los autónomos sin relevo posible para mantener con vida el negocio era el traspaso. Las páginas de anuncios y los portales especializados de Internet están repletos de ofertas de todo tipo de actividades (restaurantes, comercios, talleres, peluquerías...) que no tienen fácil encontrar demandantes, sencillamente porque hoy en día es más barato empezar de cero. «Entre la bajada de los alquileres y las ayudas al emprendedor, es cierto que empezar un negocio puede requerir menos inversión que coger un traspaso», afirma Álvaro Viqueira, coordinador de proyectos de ATA Galicia. «Cuando viene alguien a pedir asesoramiento sobre un traspaso, nosotros siempre les decimos que se informen bien si es un traspaso por jubilación o si el negocio da perdidas. Porque luego esa inversión no hay quien la levante», advierte el experto.

Emprender está de moda. Las facilidades para capitalizar el paro e incentivos como la tarifa plana de 50 euros han lanzado a muchos jóvenes a la aventura de montar un negocio en el últimos año. Solo en Galicia se registraron 37.173 altas en el 2015.

¿Pero cuántos de esas iniciativas empresariales consiguen mantenerse? Eduardo Abad, secretario de organización de UPTA España, baraja una cifra desilusionante: «El 80 % de los que arrancan se caen en menos de dos años. Es incomprensible que la Administración esté destinando tantos recursos a algo, para que después se pierdan. Hay que pinchar ya la burbuja del emprendimiento», afirma.

Plan de relevo generacional

Las ideas que huelen a nuevo son necesarias, pero las que peinan canas también pueden tener mucho que aportar todavía. Eso es, a grandes rasgos, lo que propone UPTA. Que los autónomos que estén a punto de jubilarse contraten al futuro heredero de su empresa para que, con todos los conocimientos adquiridos durante sus años de estudio, pueda seguir dando pedales al negocio. De acuerdo con el plan, la Administración se haría cargo del coste de la cotización neta a la Seguridad Social en su base mínima desde los 63 a los 65 años en los casos seleccionados. El autónomo pagaría la diferencia de cotización entre la correspondiente a la mínima y la que tenga elegida. El contrato que realizaría el autónomo en esos dos años sería de formación y aprendizaje.

Para Eduardo Abad, las piezas encajan. «En Galicia existe una tasa de paro juvenil del 55 %, y de esta suma, el 40 % son jóvenes sin cualificación que hay que introducir en el mercado laboral de forma correcta, y la fórmula es orientarlos al relevo generacional de estos negocios de autónomos», explica el experto.

Las áreas de actividad adecuadas se sitúan en torno al sector servicios: reparación, comercio, transporte... «Fontanería, carpintería, electricidad forman parte de este sector refugio con una elevada ocupación», asegura.

Ya en dos comunidades

La propuesta tema está desde hace meses sobre la mesa del Gobierno en funciones y avanza en unas comunidades más que en otras. Está en marcha de forma experimental en Castilla-La Mancha y Cantabria. También la Xunta se ha comprometido a estudiar un programa piloto para dar continuidad a 100 negocios al año. El coste está calculado. «A la Administración le costaría 300.000 euros, financiado con fondos de la UE», aseguran en UPTA.