Cinco años y medio de coste en imagen y turismo por recaudar más

c.p. VIGO / LA VOZ

GALICIA

Las tres autovías del norte han recaudado en sus primeros cinco años de peajes 422 millones de euros, cifra que sus detractores aseguran no compensa la pérdida sufrida en ingresos, turismo e imagen

20 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La urgencia por encontrar nuevas vías de ingresos con los que tapar agujeros en las arcas de la República, llevó en el 2010 al Gobierno del socialista José Sócrates a levantar una nueva frontera entre Galicia y el norte de Portugal en forma de extraños peajes en tres autovías hasta entonces gratuitas. De Viana a Oporto y las circunvalaciones que conducen al aeropuerto Sá Carneiro y al área comercial de Ikea se vieron salpicadas en octubre de hace cinco años de pórticos con cámaras que registraban las matrículas de vehículos que pasaban por debajo para cobrar peajes sin siquiera necesitar de cabinas y cobradores. Primero se planteó el pago de las tasas en las oficinas de correos, o comprar vales para transitar por los viales afectados, sistemas complejos para los propios portugueses pero que se antojaron imposibles para los foráneos.

Fue necesario que el siguiente Ejecutivo pusiese en marcha nuevos modelos de cobro que permitiesen seguir recaudando, pero también frenar el recorte que sobre todos los gallegos hicieron en sus desplazamientos al norte del país. Las caídas en las ventas a extranjeros en el distrito de Viana llegaron al 50 % tras la implantación de los peajes automáticos, pero eso no evitó que el cobro se extendiese a otras cuatro autovías del país, entre ellas la que concluye en la frontera de Verín.

Desde que se implantó el cobro en las autovías gratuitas, pese a que su construcción había sido subvencionada por la UE, los sucesivos gobiernos han ido anunciando el cambio en el sistema de peaje para incluso pasar a cobrar por kilómetro recorrido, en lugar de hacerlo en tramos determinados.

Pero lo que pretende la Administración lusa es sobre todo abaratar un sistema que le cuesta unos 54 millones de euros al año en mantenimiento de los pórticos de control y la identificación de las matrículas que pasan ante sus cámaras. Las tres autovías del norte han recaudado en sus primeros cinco años de peajes 422 millones de euros, cifra que sus detractores aseguran no compensa la pérdida sufrida en ingresos, turismo e imagen.