El encuentro secreto de Pedro Sánchez con Oriol Junqueras aumenta los recelos

Paula de las Heras / Colpisa MADRID

GALICIA

BENITO ORDOÑEZ

El líder socialista asegura que mantiene su rechazo al apoyo de los secesionistas, tras conocerse su reunión del 15 de marzo

07 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pedro Sánchez ha vuelto a poner a sus críticos en guardia y enturbiar aún más las negociaciones a tres, con Podemos y Ciudadanos, que comienzan esta tarde. El secretario general del PSOE se reunió en secreto con el vicepresidente catalán y líder de Esquerra, Oriol Junqueras, el pasado 15 de marzo en Barcelona. Fue la misma jornada en la que se entrevistó con el jefe del Ejecutivo autonómico, Carles Puigdemont, pero hasta ahora no había trascendido.

Es precisamente la ocultación lo que inquieta a quienes desde el pasado 20 de diciembre no han hecho más que temer que Sánchez intente llegar a la Moncloa con un «Gobierno frankenstein» sustentado en diez fuerzas políticas y rehén de los independentistas. Aunque él mismo acabó afirmando a primera hora de la tarde en los pasillos del Congreso que su postura sigue siendo la de siempre, esto es, que no contempla ser investido con quienes quieren la ruptura de España, durante toda la mañana sus portavoces alimentaron las sospechas al rechazar ofrecer explicación alguna. «El secretario general ha tenido conversaciones discretas con muchos líderes, no entraremos en detalles», arguyeron.

En Esquerra aseguran que fue solo un almuerzo para «conocerse», pero apuntan, a diferencia de la dirección socialista, que se habló de todo, también de la investidura. Eso sí, tampoco ellos mueven ficha. «Sin referendo sobre la independencia no hay abstención», dicen.

De momento, los recelosos guardan silencio. Creen que, en el fondo, Sánchez tienen poco margen de maniobra y que le frenará saber que tendría a medio partido, «y a la ciudadanía», dicen, en contra. Pero eso no quita para que sigan con la mosca detrás de la oreja. Sobre todo, después de que en el último mes el PSC haya lanzado la idea de una «vía canadiense», es decir establecer un mecanismo que permita la autodeterminación de Cataluña.

Malestar por el secretismo

El partido de Albert Rivera, sin embargo, le dio, paradójicamente, un voto de confianza. «Lo normal es explicar de qué se hablo, pero parece que no hay nada raro ni alarmante», excusó el vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas. También Podemos mantuvo una posición ambigua. «Nosotros estamos de acuerdo con todo tipo de diálogo, lo que no entendemos es por qué se tiene que hacer a escondidas, cualquier diálogo está bien, y además que se haga públicamente y todas las fuerzas parlamentarias tenemos la obligación de dialogar», manifestó Irene Montero.

Las críticas le llegaron al líder socialista del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien le exigió que explique públicamente de qué habló con el dirigente de la formación independentista. «Uno no mantiene en secreto reuniones así cuando no tiene nada que ocultar», argumentó el ministro, quien sospecha que Sánchez busca el apoyo de los secesionistas.