BNG y Anova asumen en un encuentro sin Pontón ni Beiras que tampoco irán juntos a las autonómicas

Serafín Lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Ana Pontón, durante la XV Asamblea Nacional del BNG
Ana Pontón, durante la XV Asamblea Nacional del BNG MARCOS MÍGUEZ

El Bloque cuestionó en un comunicado posterior a la cita las «supeditacións» a Podemos

23 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El último encuentro entre dirigentes del BNG y de Anova había tenido lugar el 1 de octubre pasado, con el discípulo Xavier Vence y el profesor Xosé Manuel Beiras como interlocutores. Aquella cita tuvo como escenario el domicilio del entonces portavoz nacional del Bloque, y permitió constatar la imposibilidad de una gran candidatura nacionalista para las generales del 20 de diciembre. El líder de Anova había demorado durante meses una reunión que finalmente encajó en la víspera de la presentación en Santiago del acuerdo en el que su partido ató su destino al de Podemos e IU. Quedaba todo dicho. Casi seis meses después, cargos de BNG y Anova volvieron a citarse el martes en Santiago. Si el primer encuentro tuvo lugar por la buena relación que une a Vence y Beiras, este fue un mero gesto protocolario sin otro fin que cumplir la hoja de ruta trazada en la asamblea del Bloque. Porque la unidad electoral del nacionalismo sigue siendo una quimera.

La naturalidad al asumir la brecha que distancia sus estrategias, con el BNG atacando a Podemos y Anova decidido a exprimir su coalición con los de Iglesias, favoreció un encuentro que las dos partes calificaron de cordial. El objetivo ahora es rebajar tensiones, dejar las caricaturas. El recorte en las expectativas de la cita quedó de manifiesto en la ausencia de Ana Pontón y de Beiras. La cumbre de octubre dio paso el martes a una charla sin líderes y con el BNG como anfitrión. En su sede de Santiago se congregaron Rubén Cela, Noa Presas y Xosé Luis Rivas, Mini, por el Bloque; y Raúl Asegurado, Xiana López Penedo y Rafael Dopico, por Anova. Todos conocidos de la convivencia en la que fue casa común del nacionalismo hasta las escisiones de Amio (2012).

Tras la cita, que se prolongó durante poco más de una hora, el Bloque emitió un comunicado con su apuesta por sumar en una candidatura nacionalista «sen supeditacións», que «teña o seu centro de decisión en Galicia». «O BNG trasladoulle a Anova que o obxectivo desta candidatura nacionalista é ser clave na derrota da dereita que representa o PP», resaltó la organización frentista en una nota en la que recalcó que «respecta pero non comparte» una coalición tripartita que surge de «estratexias de concorrencia ás eleccións con forzas de ámbito non galego».

Anova prescindió de levantar acta mediática del encuentro. Consultadas sobre el clima y el resultado de la cita, fuentes del partido apuntaron que los participantes apenas dedicaron unos minutos al asunto electoral. Los representantes de Anova plantearon a sus interlocutores que, a falta de corroborar la decisión a nivel organizativo, mantiene su determinación de «crear un suxeito político a través de En Marea». En este punto, Anova porfía en la necesidad de convertir la coalición en un partido instrumental, algo que Podemos e IU ven secundario. Por lo demás, entre el partido morado y el BNG, los de Beiras hace tiempo que se decantaron por Iglesias.