La fallida investidura prolonga la parálisis institucional

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

GALICIA

El Gobierno está casi de florero, se retrasan proyectos, aparcan compromisos y crece la incertidumbre política

06 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

No es parálisis total porque la Administración funciona, pero el Gobierno trabaja desde las elecciones del 20 de diciembre al ralentí. Está en funciones y circunscribe su actividad al «despacho ordinario de asuntos públicos», según reza la ley. Ni toma decisiones políticas ni pone en marcha proyectos ni impulsa la actividad legislativa. Una situación de incertidumbre institucional que se verá acrecentada tras la investidura fallida de Pedro Sánchez, que prorroga la interinidad del Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Un ministro se quejaba hace unos días de que casi su única actividad era «hacer inauguraciones».

Los Consejos de Ministros desde hace dos meses y medio son un erial, y si no fuera por las decisiones jurídicas contra los pasos que da el Gobierno de Cataluña en su reto independentista carecerían casi de contenido.

Una situación que ya dura dos meses y medio y que puede extenderse hasta septiembre, si se convocan nuevas elecciones y su resultado es más clarificador y permite formar Gobierno en un par de meses, o hasta no se sabe cuándo si en unos eventuales comicios el 26 de junio se repitieran los números del 20D y la situación es tan compleja como ahora.

El resultado de esta pasividad política forzada por la ley es que proyectos tan relevantes como el corredor mediterráneo que debía ponerse en marcha con la liberalización de las líneas ferroviarias o los nuevos trazados del AVE están congelados. Pero no solo son las infraestructuras, el techo de gasto para el 2017 que debe aprobar el Gobierno entre abril y mayo para enviarlo a Bruselas, la renovación del pacto de Toledo, el plan de estabilidad para el próximo año o el nuevo sistema de financiación autonómica también están parados.

Hasta la actividad diplomática ha sufrido un frenazo. Los reyes han suspendido dos viajes a Arabia Saudí y Reino Unido y su agenda exterior está en suspenso; gobernantes extranjeros recién elegidos cuya primera visita al exterior solía ser España, caso del argentino Mauricio Macri, han optado por otros destinos; el cubano Raúl Castro y el iraní Hasán Rohaní pasaron de largo por Madrid en sus visitas al exterior. Hasta 44 embajadores están pendientes de nombramiento por parte del futuro ministro de Asuntos Exteriores.

La incertidumbre no solo afecta al ámbito institucional, también al del los partidos. El congreso del PP, que puede ser el más relevante de ese partido desde 1989 por la profunda renovación que se atisba, está en el aire porque Mariano Rajoy condicionó su convocatoria a que se despeje el panorama político. El PSOE tiene fechas para el suyo, 21 y 22 de mayo, pero son tentativas porque en esos días la plena campaña electoral podría estar en marcha si hay elecciones el 26 de junio. Incluso las elecciones autonómicas en Galicia y el País Vasco, previstas para el otoño, se verían afectadas.