Carlos Álvarez le rogó que la concesionaria preste una atención integral a todas las personas con problemas de movilidad, no solo de quienes van en sillas de ruedas, sino también de quien anda con muletas, de quienes van con un carrito de la compra o con un coche de bebé. «No lloro por mí, lloro por todos», dijo. Villarino le dio su teléfono personal y se comprometió a mantener una reunión con él el lunes en el Ayuntamiento, junto con representantes de Cogami, para estudiar de qué forma se puede mejorar el servicio a las personas con discapacidades. Al final concluyó que la reunión había sido satisfactoria. «Es distinto verlo desde un despacho que estar en el lugar del problema con la persona que lo está padeciendo», manifestó.
Miedo a una moratoria
Cogami, según explica su presidente, Anxo Queiruga, ya ha mantenido encuentros con responsables de la Administración para asegurarse que los plazos para que todos los autobuses sean accesibles no se retrasan. La ley estatal establece el plazo máximo del 4 de diciembre del 2017, y Queiruga teme que los profesionales del sector puedan pedir una moratoria para poder adaptarse.