«He visto de todo, incluso una caseta de perro en el almacén de una cocina»

m. cheda SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

SANDRA ALONSO

José Carlos Abeijón, presidente de la asociación de inspectores turísticos de Galicia, dice que el sector turístico en Galicia tiene un conocimiento de la normativa que tildaría más bien de básico

02 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

José Carlos Abeijón (Ferrol, 1962) preside la Asociación Profesional de Inspectores de Turismo de Galicia, constituida en el 2008. Forma parte del equipo de 26 trabajadores al que la Xunta ha encomendado realizar este año 11.723 operaciones de control en hoteles, restaurantes, bares, pensiones, albergues, agencias de viaje y otros negocios del sector.

-¿De qué tiene más su profesión: de policía ansioso por expedientar o de asesor legal para evitar la imposición de sanciones?

-Más de lo segundo. De hecho, dentro de nuestras funciones una de las principales es la del asesoramiento. Y ansia de expedientar, ninguna. Todo lo contrario. Lo que queremos es que los empresarios tengan el máximo conocimiento posible de la normativa vigente para que su actividad vaya, por decirlo de alguna manera, sobre ruedas.

-¿Y qué conocimiento de las normas tiene el sector en Galicia?

-Yo lo tildaría más bien de básico. Y eso que nosotros somos en realidad una verdadera asesoría pública y gratuita para el empresario. Incluso alguien que tenga una idea dentro del ámbito turístico puede acudir a nosotros antes de iniciarla y le contamos cómo puede encajar los que pretende dentro de la normativa, le proporcionamos una vía segura para evitarse problemas futuros.

-Si el conocimiento de la ley es básico, por lógica, su cumplimiento también, ¿no?

-Sí, por desgracia. Pero nosotros, bajo nuestra responsabilidad, intentamos dar a prácticamente todo el mundo un tiempo para que enmiende las deficiencias que vemos. Además, la mayoría de los incumplimientos suelen ser en determinados aspectos fáciles de subsanar.

-En términos generales, ¿qué nota le pone al sector en Galicia?

-Me lo pone difícil.

-Mójese...

-Es que son muchos aspectos para valorar. Sobre la normativa ya le he comentado. Y, respecto de la gestión, creo que se necesita mayor profesionalidad. Hasta ahora lo clásico era el desarrollo de una empresa de carácter familiar. Eso lo detectamos en nuestras actuaciones, por eso trasladamos a la Axencia de Turismo que sería una buena acción que la Administración fomentase más la profesionalidad con cursos específicos a través de las asociaciones o de los elementos que fuera.

-¿La nota?

-Un bien alto sería correcto. Aunque la imagen de calidad hacia el exterior quizá sea mayor, de notable.

-Para la Axencia de Turismo de Galicia trabajan usted más otros 25 inspectores, y este año deben realizar 12.000 actuaciones. ¿No faltan manos y ojos ahí?

-Desde luego, son demasiadas actuaciones para la plantilla actual. Deberíamos incidir más en la calidad y no tanto en la cantidad, la verdad. Para mejorar las intervenciones, necesitaríamos más medios y más apoyo orgánico y administrativo.

-En el 2016, por primera vez, llevarán a cabo una campaña contra el intrusismo en el alquiler de pisos de uso turístico. ¿Cómo poner puertas al campo?

-La verdad es que ponerle puertas al campo es complicado. Para que la gente no se salte a la torera las cosas habría que convocar una mesa donde estuviésemos representados los técnicos de turismo y los empresarios, y que, juntos los dos, pudiésemos realizar una normativa que sea aplicable y realista.

-Entonces, ¿no le parece realista el decreto de la Xunta que está a punto de entrar en vigor?

-La verdad, lo desconozco. De hecho, lamentamos no poder participar más activamente en la elaboración de las normativas. La Axencia de Turismo tiene en nosotros un gran activo y echamos en falta que nos use, que podamos colaborar más activamente en la ordenación del turismo.

-¿Es que acaso no les consultan cuando elaboran las leyes?

-Normalmente, no. Hacen una consulta a posteriori. Pero de manera habitual no participamos en mesas para elaborar la normativa. Echamos en falta poder aportar nuestras ideas antes y durante el período de confección, y no después. Luego, es cierto, nos piden alguna opinión, pero cuando está hecho al 90 %, con lo cual poco podemos aportar.

-En todos los años que lleva en esto, ¿qué es lo más extraño que se ha encontrado durante una inspección sobre el terreno?

-Es que tenemos horario diurno, horario nocturno... y vemos todo tipo de situaciones, de todo. Por eso estamos bastante hechos a cualquier tipo de situación y ninguna nos llama especialmente la atención.

-Seguro que si lo piensa...

-Bueno, en una ocasión en una cocina, donde estaban almacenados todos los víveres, había también una caseta de un perro. La persona que regía el establecimiento se excusó diciendo que allí no había ningún perro, pero estaba clarísimo que sí: había caseta, había cadena y había hasta comida para el perro, y todo al lado de los víveres para la gente.

-Solo para no ir: ¿dónde era?

-En la provincia de A Coruña, pero, evidentemente, no voy a decir el nombre.

-¿Y recuerda alguna denuncia especialmente abusiva que haya tenido que verificar?

-La seña de identidad general del empresariado gallego es el buen talante y el buen servicio. Pero sí que he visto haber cobrado de más dependiendo de la persona de que se trataba.

-El clásico clavo al guiri...

-Por decirlo así, sí. Pero lo he visto solo un par de veces en 13 años que llevo en la inspección.

-En el Camino de Santiago, denuncian varios peregrinos, hay también mucho pícaro haciendo negocio. ¿Es tan así?

-El Camino de Santiago tiene éxito entre todos los turistas y visitantes. Y es, en cierto modo, una mina de oro para muchas personas que se aprovechan de la poca información que puedan traer los turistas para abalanzarse sobre ellos con la intención de llevarlos a algún sitio a comer o de llevarles las mochilas para cobrarles un dinero... Ese tipo de cosas suceden, es cierto.