El BNG afronta dividido una asamblea crucial para el futuro del nacionalismo

serafín lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

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Los votos del BNG
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La UPG pone a prueba su hegemonía frente al mayor aperturismo que urgen los críticos

28 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La asamblea del Palexco no se transformará hoy en el segundo Riazor que reclaman los sectores del BNG que defienden una refundación en profundidad del proyecto nacionalista. Tal como se presenta el cónclave, al que la UPG llega con la ventaja del aval que ya recabó en las comarcas al texto oficial, su desenlace puede guardar más similitudes con el de Amio del 2012 que con el fundacional de 1982. Porque la división vuelve a marcar un debate decisivo para renovar el BNG y atajar la sangría electoral que arrastra desde hace tres lustros.

La pugna tiene esta vez varios frentes. Los aspectos determinantes, como el alcance y los tiempos de la refundación, la estructura interna o la estrategia electoral, no solo enfrentan a los distintos partidos y corrientes que integran el Bloque. También han provocado una contestación interna en la formación hegemónica, con destacados cargos (como la diputada Tereixa Paz) e incluso exconselleiros (como Alfredo Suárez Canal y Fernando Blanco) que contradicen las tesis de la UPG y reclaman una revisión a fondo del proyecto antes de las autonómicas, que incluya el estudio de una posible alianza técnica para esos comicios con la coalición tripartita En Marea.

El pulso por el control interno

Pese a que la discusión sobre la estrategia electoral ha sido presentada de puertas afuera como la más relevante, el cónclave del Palexco pone en juego un elemento más determinante para el futuro del BNG: el control de la toma de decisiones. Esta misma semana, Xavier Vence, que hoy cierra un ciclo de tres años en la portavocía nacional, objetaba que la UPG resta autonomía a la dirección del Bloque. La clave para romper esa supremacía interna está en la reforma de la estructura organizativa. Aunque la UPG también acude a la asamblea con ese frente bien controlado, porque el documento político oficial avalado por las asambleas comarcales blinda el modelo de partidos y corrientes internas.

Como sucede con la estrategia electoral y el resto de aspectos cruciales para el futuro del BNG, solo una participación masiva de los 2.852 afiliados inscritos, la mitad que en Amio, podría deparar sorpresas y sacar el debate del carril. De hecho, además de aplicar el rodillo en las asambleas urbanas, la UPG también ha mostrado su peso en el propio consello nacional del Bloque, al sacar adelante sus tesis y una candidatura oficialista que encabeza la diputada autonómica Ana Pontón.

En la puerta de salida

De esa posibilidad de que las bases den la vuelta a las propuestas oficiales también dependerá que el BNG conjure el riesgo de nuevas escisiones. Como la exdiputada Ana Luisa Bouza, que dejó la organización en enero, Carlos Aymerich y otros miembros de la corriente Abrente podrían coger esta tarde la puerta de salida.

Ana Pontón puede salir del cónclave como sucesora de Vence y probable candidata a la Xunta

La asamblea de hoy también renovará la dirección del BNG. Con toda probabilidad, la diputada Ana Pontón saldrá del Palexco convertida en la primera mujer que llega a la portavocía nacional. Pero su salto puede ser doble. Si las bases apuestan por suprimir la incompatibilidad que impide compaginar la portavocía con la candidatura a la Xunta, Pontón podría encabezar la lista del Bloque en las autonómicas del otoño. La candidatura oficialista que lidera la viceportavoz parlamentaria del BNG solo tendrá competencia en otra de militantes del Barbanza, tras la renuncia de los críticos a formalizar una lista alternativa. Con esta decisión, que despeja el camino a Pontón, los que hoy defenderán votos particulares al relatorio oficial (Tereixa Paz, Carme Adán, Alba Nogueira y el propio Vence, entre ellos) subrayan que el suyo es un debate de ideas, no de personas.

Tanto Pontón como Vence han insistido esta semana en sus llamadas a una amplia participación de los afiliados. Pero con metas distintas. Mientras el que deja la portavocía piensa en las opciones de virar el rumbo que plantea el texto oficial, a su virtual sucesora le interesa un aval amplio al proyecto que representa. Pontón, eso sí, ya avanzó que acatará lo que decidan las bases.