Ana Pontón impulsará la refundación a un año vista de un BNG «máis áxil e cohesionado»

GALICIA

Bibiana Villaverde

Releva a Vence con el compromiso de que habrá papeleta nacionalista en las autonómicas

29 feb 2016 . Actualizado a las 07:47 h.

Todo discurrió por el libro. La asamblea convocada por el BNG para renovar el proyecto y buscar una salida a la grave crisis que amenaza con convertirlo en una fuerza residual aplastó ayer la disidencia interna y refrendó una renovación que no se resolverá antes de un año, que circunscribe las posibles alianzas electorales al ámbito nacionalista y, sobre todo, que preserva la estructura interna de partidos. La militancia avaló, en definitiva, el itinerario político que plasma las tesis de la UPG y que, en este nuevo ciclo, se encargará de materializar la nueva dirección que encabeza Ana Pontón. La diputada no solo recogió el testigo de Xavier Vence al frente de la portavocía nacional, sino que salió del cónclave celebrado en A Coruña con todos los pronunciamientos para ser candidata a la Xunta en las autonómicas del otoño próximo.

En su primera intervención tras ser elegida por los afiliados, con 1.191 votos frente a 170 de la única lista alternativa, Pontón conjugó la autocrítica por la «posición crítica» en la que se encuentra el BNG con una invitación al optimismo en el desarrollo del itinerario avalado por las bases. «Un revés non significa o esgotamento dun proxecto. Imos seguir resistindo, non poderán con nós», proclamó, en referencia a una debacle del nacionalismo en las generales de la que responsabilizó a los medios de comunicación que «presentaron un bipartidismo a catro».

Si Pontón tiene recetas para revertir esa crisis, que ha llevado al Bloque a perder decenas de miles de votos en lo que va de siglo, ayer no las explicitó. Asumió que el cambio de rumbo que la organización necesita pasa por ensanchar en lo posible su base social, especialmente con mayor implicación de jóvenes, un segmento en el que el nacionalismo ha perdido terreno en Galicia en la misma medida en la que lo está conquistando la coalición tripartita que conforman Podemos, Anova y EU. La nueva portavoz nacional, que evitó realizar referencias directas a las tesis planteadas a través de los votos particulares, sí admitió de forma implícita que el BNG sale con nuevas grietas de la asamblea. En ese sentido, señaló que precisa «unha organización máis áxil, máis cohesión e máis dialogar entre todos».

Las urnas marcan los tiempos

Ese será el objetivo de una refundación que, en el plazo de un año, se completará en una nueva asamblea en la que la militancia se pronunciará al respecto. Pontón indicó que los tiempos de ese proceso tendrán que permitir al BNG disponer de capacidad de respuesta para atender a las convocatorias electorales, tanto a las autonómicas previstas para el otoño como a una eventual repetición de las generales en junio próximo. La portavoz nacional deslizó en este punto una reprobación de la omisión de Galicia por parte de las distintas fuerzas que en las últimas semanas han negociado pactos de Gobierno. «O que pasou estes días deixou a Galicia reducida a un cero á esquerda. Temos que traballar para que Galicia volva ter voz a través do BNG», alentó en alusión a las generales.

Respecto a los comicios gallegos, incidió en que habrá una papeleta nacionalista, una opción que la línea oficial entendía que estaba en peligro en caso de que las bases apoyaran la propuesta de los críticos de explorar una posible alianza con En Marea para esos comicios. Pontón abundó en el camino que ha decidido seguir el BNG, con una llamada a construir una candidatura lo más amplia posible «con todos os que queiran sumarse», y que compartan un ideario que mantiene en su frontispicio la apuesta por la autodeterminación.

Ejecutiva sin voces críticas y con mayoría de la UPG y el MGS

La nueva dirección del BNG tampoco incluye rastro alguno de los críticos, que habían renunciado a presentar candidatura para enfatizar que su apuesta era por el debate de las ideas, no de los cargos. Así, entre los 15 integrantes de la ejecutiva hay al menos seis representantes de la UPG y dos del Movemento Galego ao Socialismo (MGS), las dos formaciones que sacaron adelante sus tesis en el relatorio político oficial.

A la UPG pertenecen, además de la nueva portavoz nacional (Ana Pontón), Rubén Cela, Carme da Silva, Néstor Rego (secretario xeral del partido), Bieito Lobeira (secretario de Organización de la ejecutiva anterior) y la diputada autonómica Montse Prado. El Movemento Galego ao Socialismo está representado en el órgano de dirección por Noa Presas (que en las generales de diciembre encabezó la lista de Nós al Congreso por Ourense) y por Xosé Emilio Vicente.

La lista alternativa, integrada por militantes de O Barbanza y que apenas recibió un 14,7 % de los votos de los afiliados que participaron en la asamblea, colocó finalmente a dos representantes en la ejecutiva. Se trata de Carlos Branco Ansoar y Raquel Suárez Regades. Completan los 15 puestos de la ejecutiva los Xosé Luís Rivas, Mini (candidato al Senado por A Coruña que tuvo previamente un fugaz paso por la alcaldía de Boimorto hasta que lo derrocó una moción de censura del PP y exsocialistas), Olaia Ledo, Obdulia Diniz (empleada del sindicato nacionalista CIG) y Xosé Manuel Marcote.

Junto a estos 15 miembros de la ejecutiva, entre los 50 integrantes del nuevo consello nacional también hay una amplia representación de la UPG. Están, entre otros, Alberte Mera, Olaia Rodil y Francisco García. Y seis personas de la candidatura de militantes de O Barbanza, que dejaron fuera de la oficialista, entre otros, al portavoz parlamentario del BNG, Francisco Jorquera.

Según el Bloque, pasaron por el cónclave más de 3.500 afiliados. En cambio, la participación más elevada en las votaciones de la mañana se quedó en 1.525, que correspondió al voto particular de Carme Adán y Tereixa Paz. Y por la tarde, solo 1.386 votaron las candidaturas a la ejecutiva.