Un día y 4.000 kilómetros para volar de Barcelona a Galicia

Emiliano Mouzo A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

Parte del pasaje procedente de Barcelona llegó ayer a las 14.30 horas a Santiago.
Parte del pasaje procedente de Barcelona llegó ayer a las 14.30 horas a Santiago.

Más de un centenar de pasajeros vivieron durante la jornada del domingo y de ayer una auténtica odisea en el aire

16 feb 2016 . Actualizado a las 17:24 h.

Más de un centenar de pasajeros vivieron durante la jornada del domingo y de ayer una auténtica odisea en el aire. Fueron los viajeros de un vuelo de Vueling que debería haber despegado de Barcelona a las 18.50 horas y tenían que llegar a A Coruña a las nueve de la noche pero lo hicieron ayer casi a las tres de la tarde, unas veinte horas después y tras volar alrededor de 4.000 kilómetros, es decir, una distancia mayor que la que separa Alvedro de El Cairo.

Sí, el avión procedente de Barcelona hizo unos 4.000 kilómetros porque el viaje estuvo plagado de aterrizajes y despegues, «una auténtica locura», contó uno de los afectados, Federico Cantero. El problema comenzó en Barcelona, «ya que el avión despegó con veinte minutos de retraso». Al poco tiempo de estar en el aire, la comandante «nos anunció que no nos dirigíamos a A Coruña porque había muy mal tiempo, que íbamos a Santiago», manifestó José Ángel, otro pasajero.

El avión enfiló la pista de Lavacolla sobre las 20.50 horas, «y la piloto intentó aterrizar, pero abortó la maniobra. Luego dio otra pasada pero ya no intentó bajar», señaló Cantero, «debido también al mal tiempo», subrayó.

La piloto les comunicó que volaban hacia Madrid, aterrizando en Barajas-Adolfo Suárez sobre las diez de la noche. «Allí nos dieron un bocadillo y una bebida, y personal de Vueling nos señaló que cabía la posibilidad de volver a intentar volar a Galicia».

Y así fue. Después de tres horas de espera en la capital de España, «despegamos sobre la una de la madrugada», contó Lourdes, una pasajera. Aunque no lo hicieron todos los viajeros del vuelo. Unas veinte personas optaron por quedarse en Madrid, como una madre que viajaba con su esposo, y dos hijos, de 3 años y de 1. «No era lógico volar con mis pequeños a esa hora, y sin tener la certeza de volar a A Coruña, con el riesgo de ir a Santiago y desde allí en autobús», contó. Se fue para la casa familiar. Otros pernoctaron en hoteles.

Mientras tanto, la aeronave de Vueling volaba hacia Galicia, pero al aeropuerto de Santiago. «Sobre las 2.15 horas divisamos la pista de Lavacolla. La comandante ni intentó bajar porque había tormenta». Y de nuevo vuelta en redondo, ¡pero esta vez para Barcelona!

Los pasajeros no entendieron la decisión de la piloto, «porque en Madrid hay más conexiones, y está a 600 kilómetros, no a 1.300 como Barcelona». El avión aterrizó en El Prat a las 3.50 horas. «Había una sola persona de Vueling para atender a más de 100 afectados, y nos ofreció ir a un hotel, y volar hoy -por ayer- a las 9.15 horas». Pero el avión despegó a las 11.30 y llegó a Santiago a las 14.15, «y desde allí nos mandaron en autobuses para Alvedro». Otros volaron directamente a A Coruña, llegando sobre las 14.30.

Los pasajeros que tenían que coger ese avión para volar a Barcelona fueron llevados a media tarde del domingo a Santiago, pero al no aterrizar la aeronave los alojaron en un hotel, y los llevaron por la mañana en autobuses a Alvedro. Vueling asegura «que todo ocurrió debido al temporal y que las decisiones se tomaron por razones de seguridad e intentado causar el menor problema».