Candia y Arias llevan al PP de Lugo a una división inédita entre populares

Suso Varela / María Cuadrado LUGO, VIVEIRO / LA VOZ

GALICIA

Vinculadas a Barreiro una y a Feijoo la otra, emulan la batalla por suceder a Fraga

09 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El PP de Lugo tiene 12.000 afiliados pero solo 764 compromisarios serán los que el 6 de marzo decidirán qué línea seguirá su partido durante los próximos años. Después de que la expresidenta de la Diputación, Elena Candia, anunciase su candidatura menos de 24 horas después de que José Manuel Barreiro dijese que no optaría a la reelección, ayer dio el paso al frente su rival política en la provincia, la delegada de la Xunta Raquel Arias.

Hace un año, Arias se adelantaba a Candia y se postulaba para presidir la Diputación en el caso de que el PP ganase las elecciones, algo que no sentó bien en la dirección lucense. Tras los malos resultados del partido aquel debate interno quedó aplazado al renunciar la propia Arias a optar a ser diputada. Pero las cosas de la política permitieron que un mes después lo imposible fuese posible, y tras el voto del socialista Manuel Martínez, Candia se elevaba a la presidencia y ganaba peso y poder político.

Ahora, tras la renuncia de Barreiro, ambas mujeres abocan al PP de Lugo a un debate inédito en la historia del partido en la provincia, más habituado, desde los tiempos de Cacharro, al férreo control de una persona. Descartada, por el momento, la aparición de una tercera lista, Arias y Candia ya luchan desde el minuto cero, con precampaña y campaña electoral convencional y con gabinetes de prensa propios. Ayer mismo, el secretario xeral del PPdeG, Alfonso Rueda, dejaba claro que la dirección del partido será imparcial en todo el proceso «porque son dúas magníficas candidatas».

Pero aunque no lo reconozcan en público, en los ámbitos políticos es notorio que junto a Candia está buena parte de la guardia y la estructura vinculada a Barreiro, el que le confió la portavocía de la Diputación para luchar en el 2011 contra el emergente Besteiro mientras él se marchaba al Senado junto a Rajoy. A nadie ha pasado desapercibido que tras la renuncia de Barreiro Candia ya tuviese preparado el discurso de presentación y un as en la manga, el del subdelegado del Gobierno, Ramón Carballo, persona muy querida entre los militantes y que iría como vicepresidente.

Por otra parte, está Raquel Arias, la representante de la Xunta desde que Feijoo es presidente, y que goza del favor de los conselleiros y del vicepresidente de la Fegamp, el alcalde de Cervo, Alfonso Villares. El carácter «máis viaxeiro» de Arias por la provincia y la presentación de proyectos de la Xunta le han granjeado apoyos de alcaldes, frente a la confianza explícita que tiene Candia de su grupo provincial, salvo de la edila de Lugo Mari Teijeiro. Precisamente, la capital lucense será clave en el congreso, ya que cuenta con casi 170 compromisarios, el 22 % del total.

Aunque ambas candidatas se apresuraron ayer a prometer que los militantes tendrán más peso y voz en las decisiones del partido, las diferencias son evidentes. Si Elena Candia reconocía que su candidatura era «continuista pero para mellorar aspectos do partido», Arias afirmaba que «a nosa candidatura non é continuista, pero si aglutinadora». Un debate entre lideresas que a muchos les recuerda la pugna de hace una década entre Feijoo y Barreiro por la sucesión de Manuel Fraga.

Un cambio tras perder en un año once alcaldías y un diputado en el Congreso

El PP de Lugo fue históricamente uno de los graneros de votos del partido en toda España, pero la hegemonía en la provincia tuvo un serio aviso en el último año, con la pérdida de once alcaldías y de un diputado en el Congreso, algo que no ocurría desde los tiempos de Alianza Popular. Los críticos del partido con la gestión de Barreiro consideran que la falta de liderazgo ha abocado a la actual situación de debate interno entre dos candidaturas. Creen que Barreiro ha estado más pendiente del Senado que de liderar el partido en Lugo, que quedó en manos de su número dos, José Manuel Balseiro, quien ayer dijo que será neutral en todo el proceso al ser el organizador del congreso. Los fieles a Barreiro lamentan que algunas decisiones de la Xunta no beneficiasen a la provincia.