Bruselas espera en vilo al nuevo Gobierno español

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

GALICIA

LAURENT DUBRULE | EFE

Un giro a la izquierda en la Moncloa puede condicionar las políticas económicas de la UE

05 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La inquietud es el denominador común de Madrid y Bruselas. No se puede negar. Las ecuaciones para formar Gobierno en España son tremendamente complejas y las opciones que hay sobre el tapete no son nada tranquilizadoras para la Comisión Europea, timón político de la UE.  Las perspectivas de que se tarde en organizar un Ejecutivo y el color que finalmente pueda tener preocupan por igual a su presidente, Jean Claude Juncker, quien llama una y otra vez a formar un Gobierno «estable» y «comprometido» con los pactos vigentes. 

La ausencia de un nuevo presidente y de un renovado equipo de ministros en España está retrasando cuestiones de vital importancia para el conjunto de la Unión Europea. Ayer se planteó uno de los dilemas que se presentará a corto plazo. ¿Puede el Gobierno en funciones aprobar un eventual acuerdo con el Reino Unido para evitar el brexit? (salida del Reino Unido de la UE) Los equipos jurídicos estudian esa posibilidad, aseguran fuentes diplomáticas. De no hacerlo, el primer ministro británico, David Cameron, podría verse obligado a retrasar la convocatoria del referendo a la espera de que se formase un Ejecutivo en España que ratificase el texto. 

La espera para saber el color del nuevo Gobierno se hace eterna. A pesar de la delicadeza de la que ha hecho gala Juncker para no interferir en las negociaciones en curso, lo cierto es que el luxemburgués ya ha dejado claro por quién se decanta. Ante un escenario de coalición de izquierdas «a la portuguesa», aseguró que «está por demostrar que eso sea una fórmula estable». Hoy mismo está previsto que Bruselas vuelva a desacreditar al recién formado Ejecutivo portugués desdeñando sus presupuestos, calificados de «incoherentes». Una maniobra que bien puede entenderse como un aviso a navegantes. 

El tiempo corre y la Comisión Europea espera impaciente al final del camino. El nuevo Gobierno español no podrá aplazar su cita con las tijeras y las reformas. Solo este año, el ajuste asciende a 8.600 millones. Berlín cruza los dedos para que las negociaciones de Pedro Sánchez fracasen. A la canciller Merkel ya no le quedan más socios que Mariano Rajoy para ensalzar las bondades de la austeridad en el sur de Europa. Un vuelco del Gobierno español a la izquierda puede condicionar en el futuro inmediato las políticas económicas de la UE. La quinta potencia de la zona euro se sumaría así a Italia, Portugal, Grecia y Francia para cambiar el rumbo.

Juncker quiere evitar a toda costa abrir las puertas a la renegociación con España. Con la economía encarrilada, se resiste a hacer un alto en el camino. Bruselas teme que el bloqueo a su hoja de ruta provoque «desconfianza» internacional. «España necesita estabilidad política. Espero que esté a la altura», advirtió. Su comisario de Economía, Pierre Moscovici, insistió ayer en los peligros de negociar a contra reloj: «La espera política es espera para los agentes económicos y es un riesgo».