Los críticos ven a Sánchez sentenciado

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

Consideran que la militancia no llegará a pronunciarse porque no se alcanzará un acuerdo sobre el que poder votar, y que la caída del líder arrastrará a los que le animan a pactar con Podemos

01 feb 2016 . Actualizado a las 09:53 h.

¿Hacia dónde se dirige el PSOE? Se trata de una pregunta para la que ni siquiera los socialistas parecen tener respuesta en este momento. El comité federal celebrado el pasado sábado parecía la ocasión propicia para que decidieran si lo que los españoles les dijeron el pasado 20 de diciembre es, como creen algunos, que están en el peor momento de su historia y deben pasar otros cuatro años en la oposición para tratar de recuperar el crédito perdido en la pasada legislatura, o si, como estiman otros, los 90 escaños, cifra más baja de su historia, suponen en realidad un premio que lleva aparejado el encargo de presidir el Gobierno. Dicho en otras palabras, se trata de saber si Pedro Sánchez sigue vivo o está definitivamente muerto.

Y, por lo visto, siguen sin aclararse. Si hubiera que guiarse por quienes hablan de jugada maestra de un secretario general que consigue zafarse de los barones al poner un posible acuerdo con Podemos en manos de la militancia, habría que concluir que el líder del PSOE no solo está vivo, sino a punto de lograr su objetivo único: ser presidente. Pero, a veces, los grandes titulares, sin dejar de ser ciertos, ocultan la verdadera realidad. Por más que aparezcan como burlados, los críticos de Sánchez están convencidos de haber acabado con él. Estiman que, para que consiga su propósito de someter el pacto al criterio de los militantes, tendría primero que conseguir ese acuerdo. Y por ahí es por donde el líder del PSOE ha podido salir mas muerto que vivo del comité federal, ya que, según aseguran sus enemigos, lo más probable es que los militantes no tengan siquiera ocasión de pronunciarse.

Sin hacer tanto ruido, Díaz y los barones más críticos han sentado la base de que Sánchez no podrá ser presidente gracias a los independentistas catalanes, ni siquiera como resultado de su abstención o ausencia en la votación. Y en esas condiciones, no hay pacto posible, porque no salen los números ni sumando a Podemos, IU y el PNV. De manera que la única opción es un imposible acuerdo que sumara a Podemos y a Ciudadanos, que no se va a producir. El resultado es que si el PSOE no se traiciona a sí mismo, los militantes no serán consultados y Sánchez se sacrificará buscando un acuerdo imposible y fracasando en la investidura. Y, dado que le han impuesto un congreso en mayo, antes de las hipotéticas nuevas elecciones, será ahí donde moriría definitivamente para ser sustituido por Susana Díaz. La hipótesis de que, pese a lo que le han impuesto los barones, pretendiera ser presidente cabalgando el tigre independentista sería todavía más grave, porque no sería el fin de Sánchez, sino el del PSOE.

La cruenta batalla y la inminente catarsis del partido que se esconde detrás de esta partida tendrá consecuencias para todos. Si Sánchez cae, caerán con él los que le jalean para que pacte con Podemos. Y ahí, el más señalado está siendo José Ramón Gómez Besteiro, al que incluso le parecería bien gobernar con apoyo de los independentistas. Una posición que no pasa desapercibida para los críticos. El líder del PSdeG, sin aliados en el PSOE, se ha uncido definitivamente al yugo del secretario general. Y ya fía su supervivencia a que Sánchez salga vivo de esta.

González cree suicida que Podemos lidere la oposición

Entre el ruido que han generado las declaraciones de Felipe González, en las que anima al PSOE a dejar que gobierne Rajoy, ha pasado desapercibida la parte más interesante de su reflexión. Frente a quienes rechazan el pacto con Podemos pero creen que se podría llegar a un acuerdo a tres bandas con el PP y Ciudadanos, que es lo que pretende Rajoy, González opina que esa sería la peor de las opciones posibles para el PSOE, porque dejaría a Podemos el liderazgo de la oposición. Algo que sería un suicido para los socialistas. La posición de González no es por tanto la de hacer lo que juzga mejor para el país, sino lo más positivo para su partido. Dejar gobernar al PP y a Ciudadanos y destruirlos desde la oposición.

Blanco es ya el único relevo posible de Gómez Besteiro

Las posibilidades de José Ramón Gómez Besteiro de ser el candidato socialista en las próximas elecciones gallegas parecen cada vez más remotas. Pero su empeño en no tirar la toalla reduce las opciones de crear un nuevo líder que represente una renovación. Y, en esas circunstancias, el único posible candidato alternativo es José Blanco. El ex ministro de Fomento suma cada vez más apoyos y se mueve con habilidad en el debate que está afrontando el PSOE. Todo dependerá de si Sánchez logra ser presidente o cae y en su caída arrastra a Besteiro. Si el pacto con Podemos fracasa en Madrid, Blanco tendría que afrontar el complicado reto de ser presidente de la Xunta apoyado en las mareas.

Barreiro podría acabar como líder de facto de la oposición

Sin hacer excesivo ruido, Xosé Manuel Barreiro se ha colocado en situación privilegiada en un PP que ha perdido en cuatro años un poder parlamentario que era casi omnímodo. Si finalmente fraguara el pacto de Gobierno de izquierdas, Barreiro, como portavoz popular en el Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, sería una figura clave en la legislatura, ya que la oposición popular se ejercería de facto desde la Cámara Alta. Desde allí podrían parar casi todas las propuestas del Gobierno que lleguen con la aprobación de un Congreso en el que el PP sería casi irrelevante al estar en minoría. De ahí que, con ese horizonte en Madrid, Barreiro se piense si merece la pena dar la batalla por presidir el PP de Lugo.