Un superviviente del motín del piso para dirigir el Parlamento convulso

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Ed Carosía

El futuro presidente de la Cámara autonómica, Miguel Ángel Santalices, es mucho más que la voz del PP en los debates sobre la sanidad

27 ene 2016 . Actualizado a las 13:54 h.

«Boh, ¿pero aínda vos lembrades daquilo?». Así acostumbra a responder Miguel Santalices (Bande, Ourense, 1955) cuando alguien le recuerda que fue uno de los cinco de la banda del nene, aquel quinteto de diputados liderado por Baltar júnior que amagó con constituirse en un grupo propio en el 2003, al encerrarse en un piso para desafiar a Fraga tras la defenestración de Xosé Cuíña. Cuánto cambió el PP gallego. Y que poco mudaron las coordenadas políticas de Santalices, siempre fiel a los suyos, hombre socarrón y de talante, que buena falta le va a hacer para dirigir el Parlamento más convulso de la historia autonómica en un período que estará marcado por la tensión que precederá a las elecciones gallegas.

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidade de Santiago, donde compartió aulas con el también ourensano Pachi Vázquez, el futuro presidente de la Cámara autonómica es mucho más que la voz del PP en los debates sobre la sanidad y el exgerente de tres hospitales. Es sobrino-nieto de Faustino Santalices, gaiteiro e investigador de la zanfona, y quizás sea ese el origen de sus inclinaciones artísticas. Porque Santalices es un gran amante del arte. Íntimo amigo de pintores como Antón Lamazares, contribuyó a que el pazo de O Hórreo dejara de ser un cuartel militar de atmósfera grisácea, engalanando sus paredes con el colorido de las obras de Quessada, Alexandro, Colmeiro, Peteiro o Menchu Lamas.

Puede que su afición de coleccionista no sea la más popular para los tiempos achuchados que corren, pues tiene un patrimonio personal declarado que ronda el millón de euros. Claro que, como él reconoce, pertenece a una familia de clase media alta y siempre ocupó «postos de responsabilidade ben retribuídos».

Fuera de la política, la carrera profesional de Miguel Santalices arranca en 1984, cuando se convirtió en gerente del hospital Xeral de Vigo. Después lo fue del precedente del CHUO de Ourense y, más tarde, del ya extinto Psiquiátrico de Toén. Fue de la mano de José Luis Baltar que se acercó a la primera línea política, convirtiéndose en diputado autonómico en 1997. Y no salió de O Hórreo desde entonces, pese a que su nombre siempre salió en las quinielas para nombrar conselleiros de Sanidade.

Otro aspecto curioso de la personalidad política de Santalices es que quizás sea el dirigente político en activo que más fidelidad mostró al baltarismo, al de antes y al de ahora. Porque Santalices Vieira fue educado en el antiguo testamento de Baltar, el del padre, pero también recita al dedillo los evangelios difundidos por el otro Baltar, el hijo. Es la paloma entre el padre y el hijo, ese espíritu santo sin el que no se pueden explicar los misterios de la política ourensana.

Claro que el ser médico, miembro de la Mesa, y por tanto próximo al orador, le jugó a Santalices una mala pasada, pues, más que por uno de sus discursos, se hizo popular por aquella frase condescendiente del «hágame caso, presidente» que le soltó a Fraga al asistirlo, después de que el entonces presidente de la Xunta se desmayara en el debate del estado de la autonomía del 2004. Allí estuvo Santalices en todo momento: «Actuó con temple, sin perder la calma», apuntó un diputado socialista, que vio salir a Fraga evacuado en la silla de la taquígrafa. Y ahí sigue Santalices, un político que sobrevivió al fraguismo y a la taquigrafía.

El PPdeG aplazará durante días la recomposición de un grupo político lastrado por las vacantes

Y de repente, el grupo del PP en el Parlamento gallego se queda de nuevo sin viceportavoces para asistir a Pedro Puy en su labor de jefe de equipo. La renuncia de Paula Prado al escaño, para asumir el puesto en el Senado, y la promoción de Marta Rodríguez Arias dejó al Partido Popular sin las dos viceportavoces que tenía en la Cámara de O Hórreo, como ya ocurrió cuando Román Rodríguez, que era viceportavoz primero, fue nombrado conselleiro de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria.

Los populares se tomarán varias semanas para recomponer el staff de su equipo. En el banquillo para actuar como viceportavoces, el presidente del partido, Alberto Núñez Feijoo, y el portavoz, Pedro Puy, disponen de nombres como los de Isabel García Pacín, portavoz de agricultura; Hipólito Fariñas (educación) o Agustín Baamonde, portavoz de cultura y política lingüística, que además es el parlamentario popular que más iniciativas registró en lo que va de legislatura.

Los populares se tomarán su tiempo antes de decidir, pero lo más urgente era cubrir las portavocías de área que quedaron vacantes. De este modo, Aurelino Núñez Centeno, médico de profesión, se encargará de los debates relacionados con la sanidad en sustitución de Miguel Santalices. Y Miguel Tellado asumirá las iniciativas del área de Presidencia, Administración Pública e Xustiza, que eran las que tenía encomendadas Paula Prado.

También deberán los populares correr puestos en la comisión parlamentaria de Sanidade para reemplazar en la presidencia a Marta Rodríguez Arias. El portavoz del grupo no ofreció ayer demasiadas pistas de por dónde irán los tiros en estos relevos, si bien dejó entrever que los cambios se harán con naturalidad y siguiendo el libro, como «natural», dijo, fue el relevo en la presidencia del Parlamento.