Cargos del BNG refuerzan la vía que impulsa Vence para salvar el proyecto

s. lorenzo / D. sampedro SANTIAGO / LA VOZ

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Resultados electorales del BNG
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Rodríguez alerta de que En Marea juega a nacionalista mientras sirve «a deseños da política española»

26 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El debate abierto en el BNG para buscar una fórmula que permita poner al día el proyecto nacionalista y frenar la sangría electoral en la que la organización lleva tres lustros inmersa no se polariza en exclusiva entre los partidarios de ir a las autonómicas en solitario y los que apuestan por sumergirse en En Marea. Frente a estos posicionamientos, cargos del Bloque están respaldando una vía intermedia, que aboga por preservar el proyecto nacionalista y explorar una potencial alianza electoral para las gallegas, que sería siempre de carácter puntual y en pie de igualdad con otras fuerzas. Estas premisas coinciden con las que el todavía portavoz nacional, Xavier Vence, puso sobre la mesa en la reunión que el consello del BNG celebró el pasado día 16, cita en la que anunció que no optará a renovar el cargo en la asamblea decisiva del 28 de febrero.

En ese punto, la propuesta de la que podría ser considerada como una tercera vía frente a los planteamientos más marcados en favor o en contra de ir con En Marea a las autonómicas propugna la definición de una política de alianzas «flexible e o máis ampla posible». Precisa que, en todo caso, cualquier acuerdo debe atender premisas fundamentales del proyecto nacionalista, como la defensa del derecho a la autodeterminación, la recuperación de servicios públicos recortados durante la crisis, la defensa de los sectores productivos y de la lengua gallega, y la creación de una banca propia.

Esta vía cuenta entre sus adeptos con parlamentarias como Carme Adán y Tereixa Paz (UPG), pero también con referentes de peso en la trayectoria del nacionalismo, incluso con experiencia en la Xunta como conselleiros en la etapa del Gobierno bipartito, como en el caso de Alfredo Suárez Canal (UPG). Las tesis que respaldan suponen un punto intermedio entre las que tienen a la propia UPG y a Abrente como corrientes más posicionadas. El partido hegemónico del frente, que a su vez nuclea a la parte de la militancia del Bloque más activa, es partidario de acudir en solitario a las autonómicas. A lo sumo, aceptan analizar posibles ententes con otras fuerzas nacionalistas. Pero no con En Marea. En este sentido, tanto el portavoz parlamentario del BNG, Francisco Jorquera, como el que fue cabeza de lista de Nós al Congreso por A Coruña en las últimas generales, Carlos Callón, ya han advertido que la alianza con En Marea ya se exploró para el 20D sin que las fuerzas de esa coalición (Podemos, IU y Anova) dieran muestras de receptividad al BNG.

En el polo opuesto, el impulsor de la corriente Abrente, el exdiputado Carlos Aymerich, es una de las voces que con más claridad se ha expresado a favor de acabar con las siglas dentro del Bloque y confluir con En Marea para las autonómicas del próximo otoño.

En esta pugna, Vence asume una posición más centrada. En un escrito que hace dos semanas dirigió a la militancia, arguyó que al BNG le toca tomar nota de los tiempos de «mudanzas aceleradas» en la estructura social, en las corrientes ideológicas y en el comportamiento electoral. «As solucións que xa comprobamos reiteradamente que non funcionan é moi problable que tampouco funcionen no futuro. Temos a necesidade de ser atrevidos e creativos», reclamó Vence. Es la vía que, desde el blindaje del proyecto nacionalista, está sumando apoyos de otros cargos significativos.

La alerta de Francisco Rodríguez

La Unión do Povo Galego (UPG) abomina de cualquier planteamiento que tenga como meta una posible alianza electoral con En Marea para las autonómicas. Uno de sus grandes referentes históricos, el exdiputado Francisco Rodríguez, ha vuelto a dejarlo claro en un artículo en el que el antagonista de Beiras reprueba, una vez más, a los que pretenden «xogar en campos diferentes que son, en esencia, incompatibles». El mensaje puede tener validez en dos direcciones, tanto para recriminar la puesta en escena de En Marea como para alertar el camino por el que invitan a transitar los que, en el debate que se dirime dentro del BNG, se decantan por ir con esa coalición a los comicios gallegos. En el artículo, publicado ayer en Terra e Tempo, Rodríguez llama a reflexionar «sobre a quen engordan e para que valen as alternativas que, presentadas como híbridos salvadores, non contribúen máis que a minguar a presenza política do pobo galego». Obviamente, los que deben reflexionar son los militantes del BNG y el objeto de sus cavilaciones debe ser el proyecto de En Marea. El exdirigente de la UPG advierte sobre esa formación que pretende «aparecer como opción nacionalista e á vez servir a deseños da política española». Partiendo de esa descripción, señala que no comprende que un nacionalista comparta ese proyecto. «Me resulta difícil de entender como un nacionalista, máis nas condicións nas que está o pobo galego, despreza a unidade entre os nacionalistas, mentres se apresta, gozoso, a unha unidade subordinada con forzas políticas de ámbito estatal», objeta. Ese nacionalista plegado a los intereses de fuerzas estatales al que se refiere Rodríguez parece ser Beiras. «Se pretende confundir á sociedade sobre o alcance e os obxectivos desa unidade, dando a sensación de estar na festa e na romaría», sostiene el exdiputado, que denuncia como una «pretensión confusionista» dirigida al electorado nacionalista el incluir en la «venda propagandística» de En Marea su frustrada pretensión de formar un grupo parlamentario propio en el Congreso, para al final quedar encuadrados sus seis diputados en el grupo de Podemos. «Unha maneira de confundir a través dunha promesa fraudulenta», apostilla Rodríguez, que señala que solo puede actuar así quien está convencido de que las promesas políticas caen en el olvido. Subraya que los seis parlamentarios elegidos como candidatos de En Marea «nunca actuaron por si mesmos», que «Podemos actuou sempre coa convición clara de que ao final ía haber un só grupo de 69 deputados», que En Marea se integró «sen chistar» en ese grupo, y que Alexandra Fernández se limitó a recordar tras su audiencia con Felipe VI «a consigna da dirección de Podemos, nin unha palabra sobre Galicia».