Visitantes de Muxía se llevan lascas de la Pedra de Abalar como recuerdo

Alfonso Andrade Lago
Alfonso Andrade REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

XESÚS BÚA

El arqueólogo que coordinó los trabajos de recuperación no lo considera, de momento, muy preocupante, pero advierte de que si la costumbre se convierte en tradición será necesario impedir el acceso al fragmento

16 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La parte de la Pedra de Abalar que se desgajó hace dos años de la pieza principal y que fue trasladada al atrio del santuario de la Virxe da Barca se ha convertido en una tentación para algunos visitantes de Muxía. Resulta que de la cara fracturada se desprenden con facilidad pequeñas lascas que los turistas se llevan como suvenir. La Policía Local de Muxía confirma este hecho: «Si, hai peregrinos e outros turistas que se levan pedriñas pequenas que se desprenden con facilidade do anaco da roca xunto ao santuario», dice un agente.

Matiza que es la parte que se rompió con el temporal, «a que ten coma dous metros de largo» y un peso de 3,6 toneladas. Algunos visitantes del santuario preguntan qué hace allí, «e en canto se decatan do que é levan un cacho coma recordo. Basta con tocar un pouco na pedra e xa poden coller algo», agrega. En realidad se trata de chinas pequeñas; a veces, lascas ya desprendidas, pero «ninguén parece darse de conta de que é un ben patrimonial».

Félix Porto, alcalde de Muxía (PSdeG), confirma el tema, aunque matiza el suceso: «Ninguén está rompendo a pedra cun martelo, nin nada parecido. Pode ser algún cachiño pequeno da parte rota, pedriñas que se desprenden coa man, que quedan medio soltas, incluso achas». Con todo, es consciente del problema que supone «o deixamento», el hecho de que la solución para la Pedra de Abalar «non se teña tomada xa». Dice Porto que Patrimonio le ha comunicado que este mes tendrá lugar la esperada reunión, «co compromiso de atopar unha solución definitiva, pero o certo -prosigue- é que levamos con isto dende setembro e de momento todo segue parado». Cree que, cuanto más tiempo pase, es más fácil que se produzcan situaciones de riesgo.

Miguel Ángel López, el arqueólogo que coordinó los trabajos de recuperación de la Pedra de Abalar, asegura que la actitud de algunos visitantes «era de esperar, teniendo en cuenta el gran interés turístico que despierta» el lugar. En principio no lo considera muy preocupante, puesto que el granito base «es lo suficientemente denso como para que no sea fácil la extracción de fragmentos sin herramientas de cantería». Por tanto, lo que se están llevando son «esquirlas o pequeños fragmentos de los bordes de fractura, debilitados por el momento del colapso en el último temporal; incluso, algún resto de resina epoxi que sirvió para pegarla la última vez».

Sin embargo, advierte de que si la costumbre se extiende y se convierte en tradición, entonces «sí que sería necesario impedir el acceso al fragmento del atrio».