La jueza planteó que le asistiese un abogado de oficio, pero el líder del PSdeG no lo aceptó y se negó a declarar
13 ene 2016 . Actualizado a las 07:25 h.Ciento ochenta días después de su imputación en el caso Garañón, la comparecencia en el juzgado del líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, se zanjó ayer en poco más de cinco minutos en una sala de vistas que no era la habitual de la jueza De Lara. En ese breve lapso de tiempo, el expresidente de la Diputación lucense dijo, ante media docena de abogados que no eran los suyos (porque estaban en Málaga), que no aceptaba al que le mandaron de Madrid, ni al de oficio que la jueza le asignaba para que declarase después de haberse negado esta en dos ocasiones a aplazar el acto. Ahora es posible que lo convoque de nuevo.
El secretario de los socialistas gallegos se explayó a la salida ante una veintena de periodistas. «Non entendo o que acontece neste xulgado, como tampouco entendín moitas cousas desde que se produciu a miña imputación hai seis meses. Levo 180 días agardando, pero parece que a declaración só se podía facer o 12 de xaneiro», explicó Besteiro. Añadió que esa declaración no sería con todas las garantías porque un abogado de oficio que le asignaron cinco minutos antes no puede conocer los 20 tomos del caso.
«Non acabo de entender que esta declaración, con tales condicionantes, non se tivera suspendido ou cambiado. Levo agardando seis meses para declarar e non entendo este proceder. Non teño inconveniente en volver outro día cos meus avogados, que son os que coñecen a causa», dijo después de advertir que acudió con la intención de declarar.
Advirtió que él es el menos interesado en alargar el asunto. En primer lugar, por razones de índole familiar, que las considera las más importantes; en segundo, por una cuestión política «que todos coñecen» y, en último lugar, por aspectos económicos. «Os avogados non me saen gratis, págoos cos meus aforros», dijo. En otro momento también advirtió que, desde el 20 de junio, no percibe ningún tipo de retribución. Por cierto, recordó que en agosto hizo un estriptís económico y patrimonial para demostrar de dónde venían sus ingresos y el resultado es que «non hai caso». «Non teño temor a que poda haber un reproche penal contra min, en absoluto», puntualizó.
Tampoco mostró miedo a las voces críticas que se alzan dentro del partido y a un posible plan para derrocarle. En este sentido, expresó que en el último comité, el sábado, no vio discrepancias sino «críticas moi construtivas, que sempre hai que atender». Recordó que en su partido existe «capacidade de diálogo e discusión». Los presidentes de las Diputaciones de A Coruña y Lugo le brindaron ayer su apoyo, pero Carmela Silva, la de Pontevedra, no se pronunció.
A Besteiro le imputan cohecho, tráfico de influencias y prevaricación, todo ello por la compra y posterior reforma de un piso al que fuera propietario del solar del polémico edificio de O Garañón. La jueza trata de saber si esas operaciones tuvieron algo que ver con modificaciones urbanísticas en el terreno.