La casa de Laureano Oubiña lleva diez años abandonada

Susana Luaña Louzao
Susana Luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

GALICIA

MARTINA MISER

Deudas, ilegalidades y problemas de titularidad impiden que salga a subasta en una próxima puja de bienes embargados

04 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La vivienda de la familia de Laureano Oubiña en A Laxe (Vilagarcía), incautada hace casi diez años, cuando fue detenido su hijastro David Pérez Lago en una descarga frustrada en Corme, sigue abandonada a la espera de que la Justicia pueda sacarla a subasta, un trámite que se retrasa más de lo debido por problemas en la titularidad, por ilegalidades del inmueble y por una deuda que pesa sobre la casona.

Esos fueron los motivos por los que el Plan Nacional sobre Drogas tuvo que sacarla de los lotes de una puja que tuvo lugar el año pasado, pero como todavía no se resolvieron, tampoco podrá ser subastada la próxima semana en un nuevo proceso que se celebrará en Madrid y que incluye bienes incautados a narcotraficantes por un valor de dos millones de euros; la mayoría, antiguas propiedades de Laureano Oubiña y de Antonio Pouso Rivas, Pelopincho.

La vivienda la empezaron a construir el capo cambadés y su mujer, Esther Lago, hace casi veinte años, en un terreno propiedad del padre de la fallecida. De hecho, aunque parece una sola casa, en realidad hay dos; una de ellas era del padre de Esther Lago, y a su muerte, la heredó una de sus nietas. Pero ambas comparten espacios; para ir al jardín de la que fue embargada hay que pasar por la terraza de la otra, y desde la que era del suegro del narco cambadés se puede acceder al sótano de la intervenida a Oubiña, una situación irregular que impide adjudicar la vivienda mientras las dos propiedades no se dividan.

Nunca se acabó la obra

Por si eso no fuese suficiente, resulta que la casa excede en más de cinco metros la altura que se le permitió en su día, por lo que el beneficiario de la puja tendría luego que legalizarla tirando la parte que sobresale. Y lo más probable, tendría que pedir una nueva licencia de obra, ya que la que se le dio en su día al matrimonio tiene una antigüedad de 18 años. Nunca se llegó a firmar el fin de obra porque la pareja no logró acabar la casa; sus cuentas con la Justicia, sus ingresos en prisión y la muerte de Esther Lago en un accidente de coche se lo impidieron.

Con todas estas losas encima, nadie se ocupa de la vivienda. Buena prueba de ello es que hace unos meses, los vecinos protestaron porque dentro crecían árboles de ocho metros que sobresalían fuera de los muros sin que hubiese quien los podase.

Que no se repitan situaciones como esta es la finalidad del convenio que firmaron la Fundación Galega contra o Narcotráfico, la Xunta y el Colexio de Procuradores de A Coruña, que trabajan ya con seis expedientes con el fin de evitar que los bienes incautados se deterioren. Para la casa de Oubiña ya llegan tarde.